Manuel Rodríguez G.
Resultan vergonzosas las manifestaciones PRO PESCA DE VOTOS del actual mandatario regional extremeño, Guillermo Fernández Vara, en la jornada regional de AMPAS “El sistema educativo extremeño, acoso escolar y educación sexual desde la familia”, organizado por FREAMPA-CP, el pasado sábado, 26 de octubre en Almendralejo.
(Fuente imagen: Internet)
Entre otras perlas cultivadas, según se dice en el diario (donde por cierto no han publicado mi comentario) https://regiondigital.com/noticias/portada/317833-subrayado-el-trabajo-de-las-ampas-para-el-buen-funcionamiento-del-sistema-educativo.html
Vara expresa que “los niños son lo más importante que tenemos entre manos”, señalando entre otras cosas que se está trabajando para mejorar cada día el sistema escolar, “especialmente en lo concerniente a la diversidad y a la plena inclusión”. Como logro fundamental subraya que “hace tiempo hablábamos de la educación para todos y ahora hablamos de la educación para todos, pero en las mismas condiciones”. Queda claro que el concepto tan mal interpretado y nada llevado a la praxis de inclusión es usado inadecuadamente por este político de turno, que contempla la denominada inclusión como igualdad de condiciones y poco más, cuando el concepto de INCLUSIÓN en si recoge fundamentos tan esenciales como el condicionamiento positivo (discriminación positiva) hacia el colectivo en inferioridad de condiciones.
Y es que la INCLUSIÓN, Sr. Fernández Vara, nada tiene que ver con la supuesta INTEGRACIÓN, esa que se realiza en la praxis cual voluntariedad graciable, pero en modo alguno como deber inexcusable y fundamental en pro de los derechos de grupos en inferioridad de oportunidades. Incluir, Sr. político de turno, no es colocar ni dotar a los más desfavorecidos de supuestas mismas condiciones para que la sociedad pueda tenerlos en cuenta. Incluir, sr. Fernández Vara, es dotar de las herramientas necesarias para que determinadas inhabilidades o capacidades puedan equilibrar esa balanza cínica y desajustada en todos los órdenes de la vida. En definitiva, Sr. político de turno, es el Sistema educativo en este caso quien debe adecuarse a las peculiaridades del individuo y no al revés, como así viene sucediendo en este mediocre y trasnochado sistema educativo nuestro, donde esas inhabilidades molestan; tanto que se presiona a este grupo de alumnado para ser granjerizado (Consúltese INCLUSIÓN: ¿UTOPÍA? )
Continúa expresando el actual Presidente Autonómico extremeño su preocupación por el consumo de tabaco y las nuevas fórmulas de fumar en menores, así como el uso de apuestas deportivas en jóvenes y menores. Sin embargo, llama la atención que, en el artículo en sí, no se hable en ningún momento, del temible e incómodo cáncer socio-educativo del acoso escolar. Desconozco si el tema apenas se tocó (ya que en modo alguno se referencia) o simplemente se nombró expresando supuestamente la enorme preocupación y prevención del mismo por parte del sistema educativo, dado que en dicha reunión se supone entraría a debatirse esta dañina realidad en las aulas, como titula dicha jornada: “El sistema educativo extremeño, acoso escolar y educación sexual desde la familia”.
“Los niños son lo más importante que tenemos entre manos” decía el líder socialista extremeño en su intervención. Al respecto, recordar a este “mirlo blanco” (consúltese el enlace ODA AL MIRLO BLANCO ) que ya desde 2007 me dirigí a él y denuncié hechos gravísimos, en este caso el de una niña que, con tan sólo 9 años, ya se hundía en un fango de mentiras, falsedades y falta de apoyo total en todos los órdenes para finalmente caer en las redes de un cobarde y mísero caso de acoso escolar sustentado por el sistema educativo y apoyado por demasiados tentáculos de la Junta de Extremadura; hechos transmitidos además posteriormente varias veces a este “político típico” en el 2010 e incluso el año pasado, 2018.
“Los niños son lo más importante que tenemos entre manos”: Poco importante, parece ser, ha sido mi hija para sus manos, Sr. Fernández Vara, niña que contaba tan sólo 9 años cuando acudí por primera vez a usted; manos nada limpias me temo, nada capaces de apoyar a una niña; manos manchadas -me temo- de complicidad, inacción y dejadez; manos faltas de ética; manos cobardes como la de tantos testigos mudos y complacientes que han sido incapaces de aportar un apoyo necesario y de auxilio ante ese acoso y derribo, no ya sólo a esa niña, sino incluso a toda su familia. Manos sucias, muy sucias, Sr. Fernández Vara, tan sucias que a día de hoy esa niña a la que le robaron la infancia y la adolescencia, ya cuenta con 21 años y unas secuelas psicológicas y sociales perdurables de por vida. Manos tan sucias e intoxicadas. Sr. Fernández Vara, como como las de los demasiados cobardes que por comisión u omisión sustentan, disfrazan y polucionan este terrorismo institucionalizado denominado acoso escolar, pero que el sacrosanto sistema educativo y demasiados esbirros con sus enquistados síndromes de negación y de Diógenes institucional, dicen, cuenta, no existe en los colegios. ¡Cosa de niños, siempre pasó!.
Finalmente, este “político típico”, muestra su nuevamente presunta preocupación, por el gasto que muchas familias asumen en relación a los colegios. Recordar al “mirlo blanco” que durante toda la etapa escolar que mi hija deambuló, se le privó de ayuda en forma de becas o ayudas por sus necesidades educativas específicas, a pesar de que se cumplía escrupulosamente con todos y cada uno de los requisitos exigidos. Denegaciones sistemáticas, me temo, en forma de vil vendetta por mis escritos de quejas y denuncias. Denegaciones que -opino- podrían constituir incluso prevaricación y muy graves negligencias de responsables relacionados con el entramado educativo, más si cabe cuando por el acoso escolar e institucional sufrido me ví obligado a coger una excedencia en mi trabajo durante tres dilatados años, por lo que las sesiones de psicoterapia que de modo privado tenía mi hija tuvieron que dejarse, dado que en esa época me endeudé considerablemente.
¿Preocupación Sr. Fernández Vara? Le invito a abrir una comisión de investigación sobre el tema, como ya les animé a hacerlo en alguna que otra ocasión.
Como dice el maestro Serrat, ¡disculpe Sr. Fernández Vara, disculpe el Señor!