Los psicólogos en la investigación del trastorno de déficit de atención con hiperactividad luchan por dar a conocer la tendencia de género.
Nicole Crawford
Cuando el psicólogo y psicoterapeuta Stephen P. Hinshaw publicó dos estudios sobre el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en niñas, en octubre pasado, la psicóloga y psicoterapeuta Kathleen Nadeau se sintió conmovida de que las mujeres y niñas con TDAH al fin empezaran a recibir atención prolongada de los investigadores.
"Hinshaw es uno de los primeros en estudiar sólo niñas", dice Nadeau del trabajo líder del autor, publicado en el Journal of Consulting and Clinical Psychology (Vol. 70, No. 5). "La mayoría de los pocos estudios principales existentes se ha enfocado en comparar a las niñas con los niños, utilizando los síntomas del TDAH de los niños como los marcadores con los que las niñas deben ser medidas".
Para Nadeau, la investigación de Hinshaw fue la reivindicación de su observación clínica de años: "las niñas experimentan problemas significativos que usualmente son menospreciados porque los síntomas de TDAH presentan muy poca similitud con los de los niños." También, ésta era una señal para ella, de la necesidad de presionar más para acentuar la alerta en las necesidades de las mujeres con el desorden. A través del apoyo y la investigación bibliográfica y en campo, Nadeau y un pequeño grupo de psicólogos están luchando para traer los temas del TDAH en mujeres, de los márgenes de la investigación al escenario central.
"Históricamente, la investigación de TDAH se ha enfocado casi exclusivamente a los niños pequeños con hiperactividad y sólo en los últimos seis o siete años se ha enfocado a adultos con TDAH", dice Nadeau, un experto en el trastorno en mujeres y director de los Servicios Psicológicos de Chesapeake de Maryland en Silver Spring. "Y el reconocimiento de las mujeres (con el trastorno), se ha retrasado mucho más".
De acuerdo con Nadeau, este reconocimiento rezagado de las niñas y mujeres se debe a criterios diagnósticos actuales-que parecieran más apropiados en hombres que en mujeres-y a patrones referidos de padres y maestros, motivado por los comportamientos más obvios y problemáticos de los hombres con TDAH. Algunos niegan que el trastorno exista en mujeres.
La educadora e investigadora educativa, la Dra. Jane Adelizzi, tiene la teoría que las mujeres con TDAH han sido durante mucho tiempo relegadas porque la hiperactividad normalmente no se presenta en las niñas que típicamente tienen el trastorno de déficit de atención, del tipo predominantemente inatento del TDAH. Para sus defensores, la línea base es ésta: las niñas con TDAH que no han sido diagnosticadas, arrastrarán sus problemas en la edad adulta y, sin tratamiento, sus vidas se desorganizarán.
"Las niñas con TDAH que no han sido tratadas corren el riesgo de sufrir baja autoestima, poca capacidad de logro, ansiedad, depresión, embarazos durante la adolescencia, y adicción al tabaco durante la secundaria y la preparatoria", según Nadeau.
Como adultas, corren el riesgo de "divorcio, crisis financieras, criar a hijos con TDAH como madres solteras, no completar la universidad, estar subempleadas, abusar de sustancias, sufrir desórdenes alimenticios y estrés constante debido a dificultades en el manejo de las demandas de la vida diaria-que inundan las dificultades de sus hijos, de los cuales, el 50% parecen sufrir TDAH también", agrega Nadeau.
"Las niñas con TDAH son un enigma -frecuentemente rezagadas, incomprendidas y acaloradamente debatidas", dice la Dra. Ellen Littman, una de las primeras psicólogas e investigadoras que se enfoca en las diferencias de género del TDAH y que apoya una revisión de la definición del trastorno.
La teoría de Littman asegura que las niñas con TDAH no son identificadas ni reciben apoyo pronto en la vida porque los patrones del TDAH en hombres han sido representados exageradamente en la literatura. "Como con todos los diferentes temas, el peligro radica en asumir que estos patrones más típicos son los que caracterizan a todos los niños con TDAH", dice Littman, quien se dedica a la práctica clínica en Mount Kisco, N.Y. "De ahí que, mientras esto parece información disponible en abundancia sobre el TDAH, podemos tener un sentido falso de que sabemos más sobre la experiencia de las niñas con TDAH de lo que en sucede en realidad".
Es necesario hacer más investigación de género en el TDAH por muchas razones, dice la Dra. Julia J. Rucklidge, asistente de profesor de Psicología en la Universidad de Canterbury en Christchurch, Nueva Zelanda y que ha estudiado el TDAH en mujeres canadienses. “No podemos asumir que lo que funciona para los hombres funciona para las mujeres. Las mujeres tienen diferentes niveles hormonales de influencia, de inicio, con los que se afecta grandemente su conducta”. Además, dice Rucklidge, las mujeres socializan de manera diferente y de ahí que tiendan a expresarse de manera diferente y son más susceptibles a problemas tales como la depresión y la ansiedad que, nuevamente, afectan su conducta. Esto sugiere que el TDAH “se manifestará y expresará por sí mismo de forma diferente en las mujeres”, dice. “Pero sólo la investigación será elocuente de manera definitiva. Mientras, estas son suposiciones en las que nos basamos”.
El factor de la maternidad
Muchas mujeres llegan al final de los 30 o principios de los 40 años antes de ser diagnosticadas con TDAH. “Uno de los caminos más comunes para que una mujer sea diagnosticada es que uno de sus niños sea diagnosticado. Ella empieza a educarse y reconoce los rasgos en ella”, dice Nadeau. “Estas mujeres [usualmente] se han hecho mayores” porque los niños son diagnosticados normalmente con TDAH entre la primera mitad de la primaria o los años sucesivos.
Las mujeres con TDAH típicamente tienen problemas con los retos de administración del tiempo, la desorganización crónica, sentimientos prolongados de tensión y de ser manipulada, dificultades con la administración del dinero; hijos y hermanos con TDAH, y una historia de ansiedad y depresión, dice Nadau, que no reconoció su propio TDAH hasta la edad media y tiene una hija y un hermano con esta condición.
El trastorno normalmente se trata con una combinación de medicación estimulante y psicoterapia centrada en el TDAH, “que es muy estructurada, orientada hacia resultados y utiliza muchas técnicas de entrenamiento, así como técnicas estándar de psicoterapia”, dice Nadeau. “Las mujeres, más que los hombres con TDAH, tienen baja autoestima, y esto necesita ser atendido como uno de los puntos centrales de la terapia”, agregó.
Muchas de las mujeres que asisten a la consulta clínica y neuropsicológica del Dr. Mitchell Clionsky para hacerse pruebas sobre el TDAH encajan en el perfil típico. Una paciente de 42 años de edad, que el doctor diagnosticó con TDA, fue referida por un psiquiatra que la atendía por un cuadro depresivo. Tenía problemas maritales y baja autoestima, dice Clionsky, el cofundador del Centro de TDA del Western Massachussets en Springfield. Desde la infancia, la paciente había pensado que era floja e irresponsable porque no completaba las tareas que iniciaba. Una “mujer muy brillante” que terminó la carrera universitaria en pocos años y “probablemente hubiera hecho mucho más si hubieran identificado su problema antes”, dice.
La tragedia es que “estas personas obtienen logros significativamente por debajo de sus capacidades y (quienes) terminan en el camino de la depresión, principalmente como resultado de los fracasos de la vida”, dice Clionsky. “Es como si corrieran la carrera de la vida con zancos en las piernas”.
Investigación pionera
Algunos psicólogos están escribiendo la literatura de las mujeres que sufren TDAH. Julia Rucklidge empezó a estudiar el área mientras hacía un doctorado en psicología en la Universidad de Calgary, en Alberta, Canadá. “Cuando inicié en 1995, había muy poca investigación en poblaciones adultas (y) tal vez uno o dos estudios que se ocupaban específicamente de mujeres con TDA”, dice.
Rucklige y su colega, la Dra. Bonnie Kaplan, estudiaron a 102 mujeres entre los 26 y los 59 años, con una edad media de 41. La mitad de las mujeres entrevistadas tenían TDAH, contra la otra mitad, que no presentaba el trastorno. Todas las mujeres tenían un hijo con TDAH. De ahí que todos los sujetos pudieran ser relacionados con los factores estresantes comprometidos en criar a un hijo con este trastorno.
Los descubrimientos de Rucklidge, publicados en el Journal of Attention Disorder (Vol. 2, No. 3) y en el Journal of Clinical Psychology (Vol. 56, No. 6), arrojaron luz en las experiencias de mujeres diagnosticadas en la edad adulta:
* Las mujeres con TDAH dan la impresión de tener un “estilo aprendido incapaz” de responder a situaciones negativas que aquéllas que no presentaban el trastorno y tendían a culparse por las cosas malas que les sucedían.
* Las mujeres con TDAH tiendían a creer que no podían controlar los resultados de los eventos cotidianos, lo que resulta en un círculo vicioso, reporta Rucklidge. “Una mujer con TDAH es menos propensa a esforzarse para terminar las tareas que le representan retos porque piensa que no tiene la fuerza para cambiar los resultados negativos. Al darse por vencidas, una vez más, confirman la idea de que son incapaces de llevar a cabo las tareas cotidianas”, dice.
* Las mujeres con TDAH también reportaban historias de depresión y ansiedad. Asimismo, habían estado en tratamiento psicológico más frecuentemente y habían recibido más medicación del tipo psicotrópico que las que no presentaban TDAH.
La investigación de Jane Delizzi exploraba un área raramente explorada del TDAH: su similitud con el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Tres de sus estudios contemplaban a mujeres diagnosticadas con problemas de atención y aprendizaje que también mostraban síntomas de TEPT como resultado de la experiencia traumática dentro del salón de clases. Ella lo define como un evento externo o estresante significativamente incómodo que ocurre dentro de los límites de un ambiente educacional y que es de naturaleza psicológica.
“Como resultado del trauma dentro del salón de clases durante un lapso de años, algunas mujeres desarrollan una serie de síntomas reconocibles por algunos profesionales como síntomas de estrés postraumático”, reporta Adelizzi, coordinadora del Centro de Adultos, del Programa para el Avance en el Aprendizaje en el Curry Collage, en Milton, Massachussets. “Estos síntomas son similares, también, a los comportamientos y síntomas del TDAH”.
No siempre resulta muy claro decir qué fue primero, si los síntomas de estrés postraumático, los síntomas de TDAH o el trauma, dice Adelizzi. Pero, argumenta, estos síntomas de TDAH en las mujeres no pueden ser evitados sin considerar el pánico y la ansiedad coexistentes que pueden detonar muchos años después; si, por ejemplo, deciden no regresar a la escuela.
'Apoyo al filo de la navaja'
Para favorecer más estudios de género, estos psicólogos utilizan un rango de foros para hacer conciencia del TDAH en las mujeres. En conjunto con la pediatra Patricia Quinn, Nadeau recientemente fundó el Centro Nacional de Estudios de Género y TDAH (NCGI, por sus siglas en inglés: Nacional Center for Gender Sigues and ADHD) para dar a conocer e investigar el trastorno en mujeres (www.addvance.com/ADDvance/NCGI.htm). Nadeau y Quinn desarrollaron también Advantage Books, una publicación especializada en TDAH y han coeditado diversos volúmenes en temas de TDAH en niñas y mujeres (vea Further Reading). Nadeau también es editora de ADDvance Online News, una publicación virtual mensual del NCGI.
“Estamos dando apoyo al filo de la navaja”, dice Nadeau, que ha dictado conferencias sobre este tema a nivel nacional así como en Noruega, Japón, Puerto Rico y Alemania y que ha discutido el tema en medios masivos, incluyendo a la cadena NBC en “Today Show”.
Tejer redes es también un trabajo crucial para el trabajo de apoyo de Nadeau. Ha formado alianzas con grupos de TDAH nacionales que incluyen a la Asociación del Trastorno de Déficit de Atención y Niños y Adultos con Trastorno de Déficit de Atención con y sin Hiperactividad.
Desde 1990, Adelizzi ha manejado grupos de apoyo para mujeres con TDAH y otras fallas en la capacidad de aprendizaje, que asisten a la universidad. También dicta seminarios y ha desarrollado dos programas certificados para los profesionales que trabajan con mujeres con trastornos de atención y otros. Además, continúa estudiando a estas mujeres y últimamente se ha interesado por observar cómo se expresan las mujeres a través del arte.
Además, Littman y Nadeau están favoreciendo los cambios que deberá hacerse a la siguiente edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders, DSM).
“Espero que los psicólogos, especialmente aquéllos que se especializan en temas del TDA, jueguen un papel activo en el apoyo para criterios diagnósticos más apropiados para adultos y, especialmente, para mujeres antes de que salga el DSM-V”, dice Nadeau. “Espero que tales temas sean tratados en la (próxima) convención de la APA de modo notable; la vida de muchas personas está en juego”.
TRADUCCIÓN VOLUNTARIA DE LISA WARN
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