Sandra Melgarejo
El impacto del TDAH va ligado al desarrollo del niño, desde la infancia hasta la edad adulta. Así, según David Coghill, profesor investigador de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Dundee (Escocia), en la edad preescolar se manifiesta a través de alteraciones en el comportamiento; en la edad escolar, a las alteraciones en el comportamiento se suman problemas académicos, dificultades en las interacciones sociales y problemas de autoestima; en la adolescencia, además de problemas académicos, dificultades en las interacciones sociales y problemas de autoestima, aparecen problemas legales, tabaquismo y lesiones; en la etapa universitaria se manifiesta con fracaso académico, dificultades laborales, problemas de autoestima, abuso de sustancias, lesiones y accidentes; y en la edad adulta persisten el abuso de sustancias, los problemas de autoestima y las lesiones y accidentes, pero también aparecen fracasos laborales y problemas de pareja.
David Coghill, profesor investigador de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Dundee (Escocia).
“Se pasa de problemas conductuales en una edad temprana a problemas comórbidos más complejos que empeoran a medida que se entra en la edad adulta”, comentó Coghill, quien participó en la 10ª Jornada sobre Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad de la Fundación Educación Activa en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid. El especialista detalló que, aunque el cerebro de alguien con TDAH se desarrolla siguiendo el mismo patrón que el de una persona sin TDAH, su desarrollo es dos o tres años más lento.
De esta manera, el control inhibidor, la velocidad de proceso, la memoria de trabajo, la toma de decisiones, etc., dependen de las partes del cerebro en desarrollo y, aunque la persona con TDAH las desarrollará, lo hará con retraso. Sucede lo mismo con la cognición social, que tiene que ver con el reconocimiento de las emociones y con la capacidad de aceptar que las personas perciben las situaciones de forma diferente.
“En la adolescencia los síntomas del TDAH no desaparecen, pero se manifiestan de forma diferente. Y uno de cada tres niños con TDAH no tendrá problemas en la edad adulta”, señaló Coghill. Durante la evolución del trastorno también cambia la relación médico-paciente, ya que el médico ya no se relaciona con los padres del niño, sino que lo hace directamente con el adolescente o con el adulto con TDAH. Según el especialista, esto supone un reto para el tratamiento farmacológico, ya que “muchos lo dejan y es necesario potenciar su motivación, diciéndoles lo importante que es el cumplimiento terapéutico para el éxito académico, para su autoestima y para disminuir los conflictos con los padres, el riesgo de comorbilidades y de accidentes”.
Coghill también recomendó “no estigmatizar el paso de Pediatría a Psiquiatría”. “Las problemas con TDAH tienen problemas con todo tipo de transiciones. Hay que suavizar la transición con la colaboración de todo el equipo: pediatras, psiquiatras, psicólogos, enfermeros…”, detalló.
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