Precisa y clara exposición del desarrollo atencional en las primeras etapas de vida, a cargo del Dr. Díaz Atienza. Merece la pena su lectura y se agradece la frescura y digestibilidad de la exposición de este excepcional especialista de la paidopsiquiatría en este país.
Joaquín Díaz Atienza
Pienso escribir algunos post en donde exponer de forma concisa el desarrollo de la capacidad atencional en el niño. Iniciamos hoy esta serie con la adquisición de esta capacidad durante los primeros meses de vida.
1. Son bastantes las investigaciones sobre psicología fetal que han puesto de manifiesto que durante el último trimestre de gestación el feto es capaz de reaccionar atencionalmente de forma diferencial dependiendo del tipo de estímulo. Brazelton ya puso de manifiesto que si presentamos un estímulo luminoso intenso se produce en el feto una reacción de sobresalto y orientación brusca hacia el estímulo. Si el mismo estímulo lo realizamos con una luz menos intensa su reacción es más suave y tranquila. No es más que un reflejo de orientación que se cree es la base de lo que devendrá en lo que neurocognitivamente llamamos atención sostenida.
2. Prácticamente desde el nacimiento su capacidad atencional va adquiriendo una mejor selectividad. De hecho, todos podemos observar que el recién nacido presenta una preferencia atencional evidente por los estímulos humanos frente a cualquier otro. Fue Bazelton nuevamente quién observó que si presentamos un estímulo sonoro al lactante mientras succiona, éste deja de succionar de forma breve aunque continúa enseguida. Por el contrario, si el estímulo consiste en la voz humana, deja de succionar y permanece un tiempo en espera como si esperara nuevos mensajes.
3. Por tanto, desde el nacimiento el desarrollo atencional es claramente diferenciada y dependiente del tipo de estímulo procesado. Esta selectividad atencional, como se comprenderá, es sumamente importante para el futuro desarrollo neurofisiológico de la especificidad atencional. Y algo sumamente importante, la especificidad del procesamiento está igualmente relacionado con los mecanismos de inhibición. Cuando este mecanismo de inhibición no se fortalece da lugar a la dispersión e inestabilidad atencional.
4. Independientemente de la indiscutible influencia genética y neuromadurativa, el desarrollo atencional se encuentra mediatizada por las interacciones de la diada madre/hijo[1]. De hecho la figura parental da lugar en el lactante a interacciones específicas. La actividad atencional del lactante forma parte del diálogo tónico (H. Wallon) del niño con su madre y sobre la que interviene con un peso específico aspectos emocionales.
5. Otro de los aspectos de suma importancia en los procesos atencionales que se desarrolla durante los primeros meses de vida es la capacidad en el lactante para atender varios estímulos simultáneamente. A esta capacidad se le denomina atención dividida. En este concepto neurocognitivo existen dos aspectos relevantes: el primero consiste en que, si uno de los estímulos está asociado figura materna, la observación del estímulo está acompañada de una vivencia emocional congruente con la expresión emocional de la madre. El segundo, es definitivo en la génesis del mundo representacional que cognitivamente se va construyendo en el niño. Es decir, la representación cognitiva en el niño adquirirá mayor o menor impresión dependiendo de la emoción originada en la madre en relación con el estímulo. Por tanto, la calidad representacional del objeto que produce el estímulo está íntimamente relacionada con la emoción de la madre.
6. De hecho, Daniel Stern refiere que el lactante presenta tres estados mentales claramente diferenciados, aunque en interacción mutua. la atención compartida, las emociones y las intenciones. Existe una etapa egocéntrica en el niño, un ensimismamiento con grandes dificultades en el manejo atencional. Debido a la presentación de la capacidad de atención múltiple (dividida) el niño adquiere en su desarrollo el fenómeno cognitivo denominado descentración, descrito magistralmente por Jean Piaget. Esta posibilidad evolutiva es posible si se da la necesaria capacidad de atención compartida lactante/madre.
7. Tanta importancia ha adquirido la interacción madre hijo en el desarrollo de la atención que algunos autores hablan de que la atención es el resultado de una situación transacional y que dependiendo de cómo esta se resuelve, así será la calidad de los procesos atencionales frente a la amplia variedad de estímulos a los que se ve confrontada.
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