¿Es posible entrenar de forma efectiva la memoria de trabajo?
Juan Moisés de la Serna
Una de mayores incidencias cognitivas sobre la vida es cuando se ve afectada la memoria de trabajo, ya que esto provoca grandes problemas a la hora de desenvolverse.
La memoria de trabajo es aquella que nos permite estar trabajando en el aquí y
el ahora, recordando lo que tenemos que hacer, siguiendo un objetivo o tarea.
Si se lesiona la memoria de trabajo, la persona se puede encontrar totalmente
“perdida”, ya que inicia una actividad, como la de ir a comprar pan, y a mitad
del camino se queda “en blanco” sobre a dónde iba y por qué.
Igualmente cuando se lleva una conversación se requiere ese tipo de memoria,
para seguir “el hilo” de la conversación, si se tiene dañada esta capacidad,
pronto la persona se “perderá” y no sabrá de qué está hablando o repetirá los
mismos argumentos por que no se acuerda de haberlos dicho antes.
La afectación de la memoria de trabajo se produce tanto desde el envejecimiento
normal de la persona como desde algunas psicopatologías como es el caso del
Alzheimer, pero también se pueden ver casos en jóvenes afectados con Trastorno
de Déficit de Atención con Hiperactividad, donde algunos autores defienden que
mejorando la memoria de trabajo, los niños con TDAH mejoran significativamente su
capacidad de concentración y de atención sostenida, pudiendo mantener unos
niveles similares al resto de sus compañeros.
Como vemos es importante conocer en qué consiste, pero sobre todo si se puede
entrenar satisfactoriamente cando se ha observado que empieza a fallar.
¿Es posible entrenar de forma efectiva la memoria de trabajo?
Eso es precisamente lo que ha tratado de averiguar con un estudio realizado
conjuntamente por la Universidad de Oregon, la Universidad Técnica de Louisiana,
la Universidad de California y el Instituto Tecnológico de Rose-Hulman (USA) y
publicado recientemente en Journal of Behavioral and Brain Science.
En el estudio participaron 30 jóvenes, entre 18 y 31 años, a los cuales se le
asignó a uno de los tres experimentos siguientes: Evaluación inicial;
Experimento de entrenamiento; Evaluación de la Transferencia.
Todos estos experimentos se realizaron poniendo al sujeto frente a la pantalla
del ordenador mientras se le pedía que realizase una tarea que implicaba la
memoria de trabajo.
En la fase de entrenamiento únicamente participaron la mitad de los sujetos a
los que se les entrenó durante dos horas al día durante 12 semanas.
Al final de las mismas todos los participantes, con y sin entrenamiento pasaron
por la evaluación de la transferencia para comprobar si había diferencias entre
ellos.
Los resultados informan de que no se produjeron diferencias entre los dos
grupos en el primer experimento, mientras que en la fase de evaluación de la
transferencia mostraron importantes mejoras en el grupo que recibió
entrenamiento específico sobre la memoria de trabajo.
Además de las medidas conductuales la investigación recogió la actividad
eléctrica del cerebro mostrando cómo los participantes entrenados tenían una
mayor actividad en las áreas prefrontales del cerebro, precisamente donde se ha
observado que está involucrada la memoria de trabajo.
Aunque el estudio se ha realizado con pocos participantes, parece señalar sobre
los beneficios esperables al mejorar significativamente la memoria de trabajo en
tan solo 24 horas de entrenamiento.
Igualmente queda adaptar los materiales empleados a las distintas poblaciones en
las que se quiere aplicar, para poder así garantizar su eficacia tanto en
jóvenes como en mayores.
A pesar de lo cual es un gran avance, el saber que son un “pequeño”
entrenamiento se puede recuperar una capacidad cognitiva tan importante y
fundamental en nuestro día a día como es la memoria de trabajo.
Más información en http://juanmoisesdelaserna.es/psicologia/es-posible-entrenar-de-forma-efectiva-memoria-de-trabajo/
Fuente:
http://juanmoisesdelaserna.es/
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