Los alumnos que presentan trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad se encuentran dentro del grupo de estudiantes que necesitan adaptaciones no significativas, adaptaciones estas que se centran en los métodos de enseñanza o metodología, las características del aula y todas las adaptaciones necesarias al alumno con TDAH como pueden ser las adecuaciones en los exámenes por ejemplo.
Estas adaptaciones de las que hablamos son necesarias en la mayoría de los casos y nos ayudan a conseguir un rendimiento óptimo en los niños y niñas que tienen TDAH. Actualmente en comunidades como Canarias el profesor y el colegio tiene la obligación de llevar a cabo estas adaptaciones y otras más importantes si los equipos psicopedagógicos lo consideraran necesarias. Pero, una vez obtenido un diagnóstico oficial, las adaptaciones no significativas se llevaran a cabo por ley. Lo que está claro es que no podemos dormirnos y hay que pedirlas y exigirlas si fuera el caso. También debemos tener en cuenta que cada comunidad autónoma funciona de diferente manera y que en algunas de ellas no existe esta obligación.
Cuando hablamos de adaptaciones no significativas ¿A que nos referimos?:
Cuando hablamos de adaptaciones no significativas nos referimos a una serie de acciones que los padres de niños con TDAH están ya acostumbrados a oir. Son los elementos básicos con los que empezar a trabajar con estos niños.
Los niños con TDAH necesitan atención individualizada, de manera que van a necesitar algo más de atención por parte de profesor y algo más de su tiempo solo para el niño en cuestión.
Es necesario respetar su ritmo de aprendizaje, no se les puede exigir más allá de lo que realmente pueden realizar, hay que tener en cuenta la falta de capacidad de atención sostenida y el menor tiempo de resistencia-rendimiento en el trabajo.
Sentarlos cerca del profesor y lejos de distracciones, en ocasiones con la ayuda de una alumno modelo a su lado, que también puede prestarle ayuda.
No olvidar la idea de déficit, no son iguales y hay que tenerlo en cuenta, de manera que cuando se vea que no pueden completar un ejercicio completo porque empiezan a dispersarse, hay que aceptar lo hecho hasta el momento. No hay que obviar el hecho de que el aprendizaje esté conseguido, ya que por sumar 40 veces no se sabe sumar mejor, cuando ya has realizado 4 sumas es evidente que sabes sumar.
Usar una agenda de trabajo es esencial y parte del trabajo del profesor es ayudarle a usarla y a organizarla, además de controlarla él mismo. Guardar un pequeño espacio de tiempo para recordarle reorganizar la agenda y ayudarle si fuera necesario, sobre todo al principio. En la agenda se apuntaran también las fechas de entrega de trabajos y las de los exámenes, servirá también como medio de comunicación con los padres.
Ese tiempo al final que le dedicamos para su agenda podemos ampliarlo y recordarle organizar su material y su mesa y recoger y guardar todo aquello que necesita para casa. No olvidar su problema espacio-tiempo y su desatención, y que si no lleva todo lo necesario no podrá hacer la tarea, eso es una responsabilidad del profesor.
El objetivo en la evaluación del alumno con TDAH es asegurarse de que se han adquirido los conocimientos y se debe valorar también el esfuerzo, sin olvidar el hecho de su trastorno, puesto que en si mismo el TDAH es un hándicap importante.
De esta forma cuando se planee un examen se han de dar las fechas con antelación, al menos una semana. Nunca avisar al niño verbalmente tan solo. Asegurarse de que nos ha escuchado y comunicárselo a sus padres ya sea a través de una nota o por la agenda.
A estos niños sueles beneficiarles el hechos de programar dos exámenes en vez de uno, rinden más y mejor. En muchos casos se les da más tiempo, en este caso pueden tener alguna facilidad, pero existen investigaciones al respecto que parecen reflejar que no existen beneficios o son escasos, en el caso de alargar el tiempo. De todas formas son niños que suelen tardar más en responder y por tanto se debe respetar ese tiempo de respuesta dándoles también más tiempo.
No es conveniente para los niños con TDAH realizar más de un examen de evaluación diario, sobre todo si son de los más importantes. Y es más conveniente realizar los exámenes durante las primeras horas.
La estructura de los exámenes es importante también. Dependiendo de cómo se presente la información el niño con TDAH tendrá más o menos posibilidades de éxito.
De esta forma no es conveniente poner muchas preguntas, problemas o cuentas por hoja, esto les abruma y puede terminar por bloquearles. Destacar en los enunciados la palabra clave les ayudará en la resolución del problema, podemos dárselo ya hecho o ayudarlos a hacerlo durante el examen.
Los exámenes cortos son mejores que los más extensos para sacarles partido a los niños que padecen este trastorno.
Permitirles ensayar sería un buen punto para ellos, darles ejemplos de examen para practicar. Esto se hace desde hace ya tiempo en muchos ciclos formativos, bachiller e incluso universidad, con personas que no tienen ningún problema añadido, así que no debería suponer un problema hacerlo en el colegio ya que se puede realizar como una práctica más para cada alumno independientemente de que padezca o no el trastorno.
En muchos casos se recomiendan las pruebas orales.
Durante el examen se debe supervisar al alumno y comprobar que entiende cada pregunta, permitir siempre el acceso a las instrucciones, supervisar las respuestas antes de que entregue puesto que puede haberse despistado y no haber respondido a alguna de ellas, recordarle que revise el examen antes de entregar para evitar errores, vigilar que esté centrado durante el examen y si se comprueba que no es así servirle de guía e intentar centrar su atención en el examen.
El profesor no debe perder de vista el hecho de que el niño padece TDAH y, por tanto, todas sus ejecuciones deberán estar acordes con este hecho. De esta forma las tareas que mande a un niño con este trastorno debes ser adecuadas a las capacidades de cada niño, no puede ser demasiada puesto que pasaría todo el día haciéndola y sufriría mucho estrés (tanto el niño como su familia), de esta forma lo único que se conseguirá es empeorar la situación, conductas de evitación ante las tareas, más errores y olvidos. No se debe olvidar que los niños con TDAH necesitan emplear más tiempo y esfuerzo en las tareas y necesitan de mayor supervisión y que, además, tienen un pobre control del tiempo por lo que llevar exesiva tarea puede convertirse en una auténtica odisea.
No debe llevar a casa las tareas de clase que no ha realizado. En primer lugar es una sobre carga de trabajo. En segundo lugar esta acción no es pedagógica en absoluto. En tercer lugar las tareas de clase son de clase y por tanto responsabilidad del docente.
Es aconsejable que se le proporcione al alumno esquemas y cuestionarios que le guien en el estudio en casa, esto les ayudará a estructurar mejor sus tareas y a organizarse de forma efectiva.
Siempre reforzar positivamente.
Recordar que es preferible callar que descalificar. Descalificar desmotiva y esto solo lleva al fracaso.
El principal papel del profesor es motivar y ayudar.
Para evitar olvidos recordar periódicamente las fechas de examen o entrega de trabajos, asegurarse de que el alumnos nos ha entendido y escuchado y, sobre todo, de que no se ha olvidado. Anotarlo en su agenda para evitar esos olvido e, incluso, remitirle la información a los padres.
Recordar con antelación y periodicidad.
Ser flexibles, ante un olvido, extender las fechas algunos días.
Fuente: cómplices TDAH II
2 comentarios:
Excelente artículo Manuel. Saludos
Pienso que este documento se les debe entregar a cada docente antes de comenzar el curso académico.Un abrazo Curra
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