Cuando trabajamos con niños con dificultades es importante no olvidar los contextos diferentes en los que se tiene que desenvolver: en casa con la familia, en el colegio, con sus amigos, etc… Las problemas se manifiestan en todos los ámbitos a los que el niño está expuesto y los adultos que están en contacto con él deben saber cómo manejar esas dificultades. ¡Así será mucho más fácil que generalice lo que aprende con nosotros en sesión!
Por este motivo, desde ILD, hemos decidido recopilar una serie de recomendaciones que los profesores pueden tener en cuenta en el aula a la hora de trabajar con niños que sufren Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.
1. Situar al niño en primera fila, lejos de ventanas o cualquier otro elemento distractor. Asimismo, cerca del profesor para que pueda interactuar, supervisar y darle soluciones más fácilmente. De esta manera conseguir aumentar su atención limitando los estímulos distractores.
2. Para evitar la distracción, el profesor puede establecer con el niño a solas, una señal que pase inadvertida para los demás, de manera que cuando el profesor realice dicha señal, el niño sepa que debe volver a prestar atención ya que esto indicaría que se ha dispersado. Es aconsejable que el tipo de señal elegida sea táctil (por ejemplo, tocar su hombro).
3. Presentar las tareas con instrucciones claras y precisas. Si las tareas son largas, es conveniente presentarlas por pasos. (Por ejemplo: Lee el enunciado, luego realiza el ejercicio y, cuando termines, levanta la mano).
4. Si el número de tareas es elevado, puesto que el niño debe realizar un gran esfuerzo, es aconsejable o rebajar el número de problemas o fraccionar el trabajo. Si tiene que hacer diez problemas de matemáticas, no debe dárselos todos de golpe. Se le pueden dar 5 y decirle “te doy estos cinco problemas y me los tienes que traer hechos. No puedes levantarte hasta que los termines, me los traes y te daré otros cinco, ahí tienes”. Menos trabajos significa tener más descansos, con breve contacto con el profesor y luego volver al trabajo.
5. Reforzar verbalmente todos los pasos necesarios para la realización de las tareas, sentarse, prestar atención, utilizar una estrategia para resolverla y, revisar.
6. Es aconsejable que mientras trabajen en clase tengan cierta libertad de movimientos: se les deje levantarse, sentarse y moverse. Si el niño está quieto, le costará más aprender.
7. Respecto a la organización, deben tener material que les ayude a organizarse: carpetas, libretas de colores para cada asignatura, cualquier cosa sirve para que sean lo más organizados posible.
8. Enseñanza participativa: los niños pueden ayudar en clase, sería conveniente subir al niño al estrado para que desarrollen alguna función. Por ejemplo, si el profesor está explicando un problema de matemáticas en la pizarra, el niño puede ser su ayudante; si está leyendo, le puede tener al lado mientras va pasando con el dedo las frases que va leyendo.
9. Externalización de las normas durante la clase: se trata de utilizar claves visuales que ayuden al niño a controlar su comportamiento. Cada señal indica que hay cambios en las normas. Rojo: quédate en tu sitio, escúchame y no me hables. Amarillo: puedes hablar en voz baja, levantarte y preguntar dudas. Verde: puedes jugar libremente, hablar en voz normal. Azul: recuerda coger la agenda y los libros para hacer las tareas en casa.
10. Seguir el proceso de autoinstrucciones.
•Leer detenidamente el enunciado
•Entender lo que me piden
•Pensar cómo voy a hacerlo
•Hacerlo
•Repasar y corregir
•Pensar cómo lo he hecho. ¿Cómo me ha salido?
•El adulto deberá reforzar el proceso, es decir, felicitar al niño por haber seguido los pasos correctamente.
11. Cuando sepamos que ha realizado bien un ejercicio y deba corregirse en clase, pedirle que sea él quien salga a la pizarra y lo corrija. Reforzar el correcto proceso realizado para la resolución del ejercicio. De esta manera, se incrementará la percepción de competencia del niño.
12. Aumentar el tiempo de reflexión obligando al niño a tomarse un tiempo mínimo necesario antes de dar una respuesta a cualquier pregunta o ejercicio. Después de dar la respuesta, se le reforzará por el esfuerzo hecho; p.e. “muy bien, primero has pensado lo que debías contestar y después has respondido, fenomenal.”
13. Ante cualquier actividad que realice deberá identificar y tomar conciencia del problema o del ejercicio. Se recomienda que subraye y/o rodee las palabras y frases más relevantes para que aprenda a centrarse en la información más importante.
14. Alternar el trabajo que deba realizar sentado y que requiera mucha atención, con el trabajo que no le suponga tener que mantener largos tiempos atencionales, que le permita moverse y/o cambiar de posición. No obstante, respecto a las asignaturas, sería conveniente comenzar por las más complejas y terminar con las más sencillas.
15. Premiar y reforzar el proceso atencional y el resultado del mismo, haciendo uso del refuerzo social; p.e. “muy bien, así me gusta, que leas con atención el texto. Estás trabajando muy bien”.
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