Conferencia TEDxCartagena
Cortesía de Alberto Isaac de Castro
El 21 de junio de 1902, los maestros Félix Martí y Enrique Martínez, ávidos de conocimiento, comenzaron una singladura sin parangón. Se echaron el petate al hombro y recorrieron media Europa en busca de los nuevos avances en pedagogía para la posterior implantación en lo que será un hito histórico de la época: Las Escuelas Graduadas de nuestra Ciudad de Cartagena.
Del Modernismo a la Modernidad han pasado 110 años, durante los cuales se ha padecido o agradecido: leyes, decretos, libros blancos, de colores, el salchichón, la bombona de butano o el diario marca.
Tengo el honor de presidir un Festival de Cine que tiene su sede en las que hace muchos años fueron las citadas Escuelas Graduadas.
Cada vez que paso por allí cruzo una pequeña sala, que anteriormente fue aula y a día de hoy se conserva como mini museo. Les aseguro que dan ganas de sentarse en esos diminutos bancos de madera abrillantada por las nalgas más dispares, que, en algunos casos acompañaban a cerebros más brillantes todavía.
No soy historiador ni mucho menos erudito en ningún campo relacionado con la educación, por lo que todavía no sé qué es lo que hago aquí, así que simplemente voy a aportarles mi experiencia como docente. Un simple profesor de plástica que llegó a la enseñanza por casualidad.
Me van a permitir que vierta en este foro, en menos de 20 minutos, simples opiniones y formas de entender la enseñanza. Imparto clases de sentido común, educación , y si sobra tiempo, plástica.
Y esta receta viene dada por mis circunstancias personales. Era un culo de mal asiento, lo que ahora se llama síndrome de déficit de atención. El famoso TDAH.
No conozco a nadie más tarugo que yo en el ámbito científico. Se ve que no seguí los pasos a la Doctora Donis A. Dondis cuando hablaba de la clara diferenciación entre los hemisferios cerebrales artístico-creativos y racionales.
Seguramente, uno de los pocos seres humanos que superó el TDAH fue el genial pintor, escritor, ingeniero e inventor Leonardo Da Vinci. O más recientemente Gustav Klimt, que abordó el tema del sexo explícito en sus dibujos como válvula de escape.
El resto de los mortales estamos destinados a decantarnos genética o evolutivamente por uno u otro.
No es baladí el título que he elegido para esta mini charla, siempre y cuando, recalco ,desde la perspectiva de un simple docente de las llamadas asignaturas Marías.
A lo largo de la Historia de la Pedagogía ha habido importantes intentos del fomento de la creatividad, la realización personal y la libre elección de materias. Estas innovaciones nunca triunfaron por el requerimiento formal de la organización escolar: Horarios, temarios, estructuras evaluativas etc.
El sistema educativo actual que empaqueta a nuestros alumnos en grupos de asignaturas, itinerarios, ámbitos… para la consecución final de un título ¿es consecuente con los alumnos brillantes en materias que para ellos no son fundamentales como la
Lengua, el Inglés o las matemáticas?
Creo sinceramente que no.
Y todos nos preguntamos: ¿Es realmente necesario un título? Yo creo sinceramente que sí.
Pero ¿Qué es más importante, el título en sí o el proceso adaptativo personal ligado a la asimilación de conocimientos para tal fin?
Fotografía Pilar Galindo
Todos tenemos la imperiosa necesidad, y en el caso de la educación secundaria, la obligatoriedad, de recibir y asimilar conocimiento.
Y para ello se construyen edificios muy grandes, con muchas aulas, muchos docentes y muchos más alumnos que estudian muchas asignaturas.
Y este sistema, bueno o no, es el que hay.
Un sistema que basa su estructura en el conocimiento y fomento de las matemáticas y la lengua , que se les ha apuntado un nuevo socio: El inglés. Aleluya señores, ya tenemos el triunvirato: Merkel, Sarkozy y Cameron, las matemáticas, la lengua y el inglés.
Pues si eso es suficiente podríamos todos vivir en aldeas , encargar a los matemáticos que dividan los campos proporcionalmente para que no haya peleas, plantar las semillas que los lingüistas han sabido bautizar con esmero, y cuando sea el tiempo de recolecta, enviar emisarios con conocimientos de inglés para que truequen nuestros productos.
Queridos amigos, todos sabemos que nuestra educación no es así, este símil exagerado que he utilizado es un ejemplo de la necesidad de diversificación y apuesta individual por cada una de las materias que componen el amplio espectro del conocimiento humano.
Creo firmemente, que para una educación de calidad ante niños con dotes artísticas y que padecen trastornos como el TDAH , tenemos que tener claras dos cosas: La necesidad del compromiso familiar a la hora de complementar con educación las enseñanzas recibidas en clase, menos pastillas y menos clases extraescolares, y segundo, la imperiosa necesidad de adoptar claras diversificaciones curriculares apoyadas por otros sistemas educativos paralelos al actual.
He leído de todo, desde que a un alumno hiperactivo con dotes artísticas ha de dársele un papel en blanco tamaño a4 y lápices de colores, para que lo rellene sin dejar espacios en blanco, y cuando lo supere, proporcionarle otro el doble de grande…hasta que lo debemos de apuntara ballet, no vaya a ser que tengamos un Billy Elliot en casa y no nos hayamos dado cuenta. Y a Tae-Kondo, que eso les cansa y se desfogan.
Ah!!, Pero nada de videojuegos ni ver mucho la televisión, que eso es malo.
Vamos a centrarnos y discutir un poco el tema:
1. Si tenemos ante nosotros, los docentes, un niño con hiperactividad, hay que darle una hoja para que coloree.
2. Si somos padres, lo que hay que hacer es apuntarlo a ballet o a clases de pintura.
3. Acercarnos al Decathlon y comprarle un kimono.
¿Y si en vez de aparcarlos en doble fila nos preocupamos un poco más en saber qué es lo que realmente pueden aportar estos niños?
¿Se han parado a pensar ustedes si realmente han hablado con ellos?
Si ya de por si, las actividades extraescolares son aparca-niños, pues fíjense para los críos hiperactivos el calvario que puede ser el hecho de estar unas cuantas horas más en algo que no les interesa en absoluto.
Los hiperactivos no somos ni gilipollas, ni maleducados, ni malos estudiantes. Somos alumnos distintos.
Los alumnos que hemos padecido profesores vagos sí que tenemos un problema, pero no por nosotros, sino por ellos. Padecí un profesor que cada vez que no entendía algo me miraba como si fuera a descerrajarme un tiro en la sien.
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Miren, yo tuve una profesora particular en casa ayudándome en mi etapa de la EGB.
Esta señora, que había que subirla a los Altares, se colmaba de paciencia para hacerme entender los conjuntos, subconjuntos, ríos, afluentes y el “susuncordan en vinagre”.
Para mi, seno más seno es sostén lleno no coseno.
¿Y, porqué necesitaba yo de los servicios de tan bella mujer, dos horas al día, tres veces por semana? Muy simple: No me enteraba absolutamente de nada en clase.
¿Y Porqué no me enteraba, cuando intentaba prestar atención? Muy sencillo: Porque no me interesaba en absoluto los conjuntos, los subconjuntos, las derivadas, las integrales, las Guerras Púnicas, La conquista de las Aleutianas y la cocina al vapor sin aceite.
No-me-interesaban, por lo que sin darme cuenta, desconectaba.
Y fue hace pocos años, cuando examinándome de piloto, volaba solo en un monomotor de San Javier a Almería cuando aprendí la importancia de las ecuaciones matemáticas y físicas para la navegación aérea. Estuve apunto de tener un grave accidente por errar levemente en unos cálculos de densidad del aire por la altitud.
Y como pasaba del tema, me dedicaba a hacerle caricaturas al profe. Y claro, súmenle adolescencia, dotes artísticas y creatividad…pues sale el típico dibujo de profesora en posturas inadecuadas, lo que conlleva a colleja y expulsión. Porque, a mi me han dao hasta en el carné de identidad. Tengo las patillas deshilachadas.
Por eso, no estoy en contra de las asignaturas fundamentales, estoy en contra de la discriminación a otras que, lo creamos o no son igual o más importantes que las matemáticas, la lengua o el inglés.
Un alumno con TDAH es un grano en los bajos dorsales al docente. Soy el primero que lo reconoce, pero estamos dentro de un sistema que nos devora a todos y que, estando muy lejos de la perfección, no hace nada por remediarlo.
Miren, por mi trabajo como pintor he residido en Estados Unidos. Para mi es el País que posee lo mejor y lo peor del Ser Humano, pero su sistema educativo nos debe hacer que pensar(Descontando claro está el efecto negativo mercantilista)
Cuando allá por el año 92, formé parte de la tripulación de las réplicas de las Naves del Descubrimiento:
La Santa María, La Pinta y La Niña, llegamos a Nueva York un cuatro de julio, día de la Independencia Americana.
Estando de guardia en la carabela, llegaron como era costumbre en nuestro periplo norteamericano, un grupo numeroso de alumnos de un colegio del Bronx, mayormente de color… de color negro, acompañados de su maestra. Una educadísima señorita.
Cuando, llegado el momento, les invité a que bajaran a la bodega de la nave, se quedaron fijamente mirando un arcón frigorífico que estaba anclado en medio de la estancia (El arcón se había forrado en madera desde el astillero para no desentonar con la construcción propia del s.xv)
La profesora me preguntó qué había dentro del arcón. Susurrándole al oído le dije que contenía los restos de Cristobal Colón.
Fue tal la expresión de la profesora, que medio segundo después se lo transmitió a sus alumnos, que, medio locos de alegría y miedo se quedaron absortos contemplando el baúl, e imaginándose a Cristobalín en su interior.
¿ Ustedes que piensan? ¿Qué esta profesora es una ignorante? Por no conocer con exactitud que “Supuestamente El Almirante de la Mar Oceana” está enterrado en la capilla de la Catedral de Sevilla? ¿ Que está loca, por creerse que nos llevamos de excursión en la carabela a Cristóbal?
Pues yo pienso que, un país que basa su educación en sólidos principios basados más que en el conocimiento, en la capacidad de relación entre el ser humano, es digno de alabar.
Un país que la mayoría de sus trabajadores, desde la cocinera del Kentucky Fried Chiken hasta el último astronauta de la Estación Espacial Internacional, están orgullosos de su trabajo, y se preocupan de que valores positivamente lo que han hecho.
¿Porqué cuento esto? Muy sencillo, es una Educación que diversifica muy pronto.
Fomenta el desarrollo general educacional pero en épocas tempranas marca muy dispares itinerarios según las inquietudes o necesidades del alumnado.
No tiene sentido de la vergüenza por imaginarse a Colón en una carabela que les ha ido a ver a su casa, como yo no siento vergüenza de haberme aprendido las integrales en cou de memoria, por no haber sabido comprender las matemáticas. O por no haber tenido la suerte de toparme con un profesor que amara las matemáticas.
No siento vergüenza por no saber los parámetros sobre los que se estudiaba la Teoría del Gusto del s.XVIII. Asignatura que nos impartía en la Facultad de Bellas Artes un inepto licenciado en Historia del Arte, que, lo único que hizo en 9 largos meses fue dictar apuntes sobre lo que Baudelaire y sus primos pensaban que era la estética reinante de la época.
Queridos amigos: Si lo que nos obligan los iluminados pedagogos de las altas esferas que ofrezcamos a nuestros alumnos se cae por desinterés, mal vamos. Si ya de por sí aburre a un alumno ,digamos, normal, imagínense a uno con TDAH como el que suscribe.
Conclusión: Cuando intentas asimilar conocimientos que te son absolutamente inservibles o que no ves por ningún lado su práctica a la hora de ayudarte a ser mejor persona, tener una más clara visión del mundo, ampliar tu cultura o enseñarte a pensar…entonces y solo entonces llega la apatía, la desesperación, la falta de atención y la Hiperactividad de hacer cosas que realmente merezcan la pena.
Vamos a ser pragmáticos y aplicar la pócima mágica: El sentido común, con el que se llega muy lejos en cualquier campo.
Si metemos en un bote sentido común, educación, respeto y rienda suelta a la imaginación del alumno con altas capacidades en la expresión plástica, entonces y solo entonces, veremos como la asimilación de conocimientos vendrá por sí sola.
Pero para ello necesitamos los docentes un parámetro esencial de la ecuación, y no me cansaré de repetirlo: Educación y buenos modales. Miren, he estado más de seis años como Jefe de Estudios de un Instituto de nuestra comarca. Al final, tras el continuo trato diario con alumnos violentos y conflictivos me ha agriado el carácter .
Y los paganos han sido mis propios alumnos de la asignatura de plástica. Lo que ahora se llama Educación Plástica y Visual.
Vamos a llamar a las cosas por su nombre, al igual que Gimnasia es pecado, ahora es Educación Física. No vaya a ser que la Gestapo pedagógica de los lumbreras capitalinos nos rompan el sedal.
Tenemos que concienciarnos que nuestros alumnos no pueden ser buenos en todo, que a unos les cuesta más que a otros, y que la disciplina, tanto al alumno como al profesor, les viene como anillo al dedo. Debemos inculcarles, eso sí, el beneficio del esfuerzo y la constancia.
Creo sinceramente que la disciplina como herramienta para un fin , más que necesaria, es absolutamente imprescindible. Nos ha de servir a los maestros como clima de trabajo y enseñanza.
Desde mi punto de vista la actual ESO es un compendio de despropósitos y cambios tan dispares que, elaborados en sesiones pedagógicas de Brain Storming por loados políticos no han hecho ningún bien a la sociedad.
No debemos de obligar en masa a todos los alumnos a estudiar las mismas materias, solamente por el buen propósito de que posean una cultura general, y años mas tarde, discriminar asignaturas como la música , la danza o la pintura. Quitándoles cada vez más y más peso en el conjunto de asignaturas.
¿Cuantos de ustedes han visitado el Teatro Real, el Museo del Prado o el Reina Sofía?
¿Qué se piensan, que esas obras de arte las han realizado artistas con una sólida formación en física, química, latín o griego?
Se imaginan un mundo sin Antonio López, Goya, Tapies, Miró, Velázquez, Murillo, Sabina, José Carlos Martínez, Montserrat Caballé, Camarón… o los Rolling Stones?
¿Cómo podemos admirar lo que los grandes museos del mundo nos muestran y al mismo tiempo coartar a nuestros brillantes alumnos y encauzarlos por la senda de la multitud?
Miren amigos, yo estaba estigmatizado por repetir tercero de B.U.P, y en COU , formulando frases en Griego clásico, un profesor al que tengo en gran estima, me enseño el valor del esfuerzo continuo. Me aprobó con un 4 en junio y me explicó que lo había hecho por haber trabajado incansablemente en las traducciones día a día sin faltar uno. Me enseño la importancia de la constancia y el trabajo duro.
Llegué a terminar la carrera estudiando 4º curso por la mañana y 5º curso en el turno de tarde.
Los alumnos que hemos padecido TDAH tenemos un grave problema, y ese problema es la concentración. Aunque se rían, yo empecé a pensar en los años que cursé el doctorado. Antes, incluso en los años de Licenciatura, iba con el piloto automático puesto.
En cambio, tenemos unas aptitudes que la sociedad debiera de alentar y potenciar. No solamente pedir al alumno que sabe dibujar que ase encargue del decorado de Navidad
O que dibuje las camisetas para el viaje de estudios.
Creo que la eficacia se consigue a riesgo de ser políticamente incorrecto, dejando de lado universalidades y llevando a cabo ideas tangibles, es decir, evaluando actitudes antes que conocimientos, fomentando esfuerzos y castigando, si castigando, comportamientos y aptitudes que son contrarias al clima de trabajo.
La Enseñanza debería de ser gratuita para todo el mundo, pero para todo el mundo que se la merezca, esto no es el Corral de la Pacheca.
Porque los profesores no somos ni los padres de los alumnos, ni sus padrinos, ni su abuela. No le damos paga, ni regalos en reyes, ni bofetones. No le compramos el traje de almirante de su primera comunión.
Somos en definitiva los transmisores de conocimientos y los encargados de conculcarles la ilusión por aprender y la necesidad de que la cultura abre más puertas que el dinero.
Abrirles las puertas de su futuro, de un futuro que, si han trabajado en esos dones o habilidades desde edades tempranas, seguro que serán personas brillantes de las cuales, sus hijos querrán aprender a su vez de ellos.
Muchas gracias.
Francisco Solana
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