Los profesionales clínicos de los Servicios de Salud Mental Infanto-Juvenil nos encontramos cada vez más desconcertados frente a las múltiples situaciones en donde se puede comprometer el derecho a la confidencialidad de nuestros pacientes y los principios básicos bioéticos de beneficiencia y justicia. Pasemos a analizar algunos de los aspectos propios de nuestra praxis profesional y su relación con la bioética, así como de los tratamientos que se implementan. Aunque el presente artículo no deja de ser una reflexión personal íntimamente ligada a mi experiencia profesional:
• Confidencialidad, diagnóstico y estigmatización. La primera dificultad con la que nos enfrentamos se encuadra en la inestabilidad temporal y escasa fiabilidad del diagnóstico paidopsiquiátrico a pesar de los grandes avances producidos con los nuevos sistemas de clasificación. En segundo lugar, el diagnóstico conlleva la obtención de información que, habitualmente, pertenece a la intimidad y a lo privado, no solo del paciente, sino también del ámbito familiar.
Conocemos hasta donde el diagnóstico paidopsiquiátrico puede ser excluyente y estigmatizante dando lugar en muchos casos a una vulneración de otro de los principios básicos de la bioética: el de justicia, en la medida que la estigmatización genera comportamientos y actitudes claramente discriminatorias. De otra parte, conocemos, igualmente, los marcados aspectos positivos para el tratamiento que conlleva una actuación bien programada en el ámbito escolar.
Como salida a esta encrucijada, solo se me ocurre la necesidad de establecer canales informativos y de colaboración con los profesionales de la enseñanza, a la vez que se deberían comprometer en el mantenimiento de la confidencialidad como un derecho supremo e inviolable del niño. Sería un secreto médico derivado al que todos los implicados le debemos obligado cumplimiento.
• Diferencias de opinión entre instituciones y profesionales. Tal como hemos dicho, la mayoría de los tratamientos necesitan del concurso de profesionales pertenecientes a instituciones no sanitarias, en especial la escuela. Entre éstos últimos profesionales no todos participan de una visión homogénea en lo referente a la validez del diagnóstico paidopsiquiátrico, ni a la causalidad de los diversos problemas psicopatológicos, dando lugar a actitudes e intervenciones que en algunos casos pueden resultar, cuando menos, iatrogénicas.
En este sentido, no es inhabitual que nos lleguen comentarios realizados por algunos profesores como “yo no creo en la psiquiatría y la psicología” o, aunque menos frecuente, “si su hijo tiene un problema psiquiátrico que lo ingresen en salud mental”. A esto hay que añadirle la escasez de recursos para enfrentarse con éxito a las necesidades de cuidado y asistenciales que muchos niños con problemas psicológicos necesitan. Esto es fuente de frustración, cuando no de rechazo, por parte de muchos profesionales de la enseñanza a asumir responsabilidades por lo que conlleva de impotencia y desesperanza.
• Por último, siguiendo el principio de autonomía, el paciente será en última instancia quien determine que tipo de información se puede, o no se puede, dar a los profesionales no sanitarios y siempre con la intención y finalidad de optimizar los resultados del tratamiento.
En conclusión, en la información que demos los terapeutas a profesionales no sanitarios deberíamos considerar los siguientes aspectos:
• Dar la información imprescindible para cumplir los objetivos terapéuticos y siempre teniendo “in mente” el principio de beneficiencia.
• Hacer constar al profesional al que se le proporciona la información que está sujeto al cumplimiento de la confidencialidad, derecho inviolable del alumno.
• Obtener el consentimiento de los padres, para menores de 12 años, para pasar la información al profesor implicado. En pacientes mayores de 12 años, deberíamos obtener el consentimiento del paciente. La única excepción a este principio se daría en pacientes con merma significativa en su capacidad de decisión (autismo, retraso mental, psicosis infantiles etc.
• Procurar ni emitir etiquetas diagnósticas, a no ser que sean imprescindibles para la comprensión de las indicaciones dadas por el terapeuta.
Joaquín Díaz Atienza**
Fuente:
http://paidopsiquiatria.com/?p=39
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** Sobre el Dr. Díaz Atienza:
- Licenciado en Medicina y Cirugía (Universidad de Granada)
- Master en Psicobiología y Neurociencia cognitiva (Universidad Autónoma de Barcelona)
- Doctor en Medicina (Neurociencias) (Universidad de Granada)
- Especialista en Psiquiatría (Universidad de París VI)
- Especialista en Psiquiatría Infantil (Universidad de Paris V)
- Diplomado en Terapia Cognitivo-Conductual (Faculté Médicine de Saint Antoine-Paris)
- Experto Universitario en Nutrición y Dietética (Universidad de Cádiz)
- Diplomado Superior en Metodología y Epidemiología (Escuela Andaluza de Salud Pública y la Universidad de Granada)
- Residente de psiquiatría en el hospital psiquiátrico de Almería desde 1980-1983.
- Residente en los hospitales de París desde 1984 – 1989.Coordinador de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Almería desde 1989-2003.
- Responsable del Programa de TDAH y Trastornos Específicos del Desarrollo Psicológico desde 1989-2000.
- Director del Laboratorio de Neuropsicología Pediátrica (Potenciales Evocados y Análisis Espectral de Frecuencias- Mapeo Cerebral) de 1993-1999 (Beca FIS).
- Responsable del Programa de Trastornos Alimentarios de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil desde 2000-2003.
- Actualmente director del Programa de TDAH y Trastornos del Desarrollo en el Foro Los Millares.
Como Facultativo Especialista de Área de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Almería atiende a niños y adolescentes con todo tipo de Trastornos Paidopsiquiátricos. Sin embargo, desde hace bastantes años su interés se centra básicamente en los Trastornos del Desarrollo y, muy especialmente, en el Trastorno por Déficit de Atención (TDAH) y los Trastornos Específicos del Desarrollo y del Aprendizaje y otras comorbilidades.
- Como línea de investigación en estos momentos está trabajando en:
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El estudio de las funciones ejecutivas en niños con TDAH y Trastornos Específicos del Desarrollo.
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Funciones ejecutivas en el TDAH que cursa con comorbilidad de Trastornos de Conducta .
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Funciones ejecutivas en el Trastorno Obsesivo-Compulsivo
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Tratamiento del TDAH con TC.
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Aspectos diferenciales en el tratamiento y evolución del TDAH con comorbilidad.
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Apego y psicopatología
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