Hace mucho tiempo que pienso que existe un grave problema de coordinación y colaboración entre servicios educativos y servicios sanitarios que atienden a alumnos con algún tipo de trastorno, como es el caso del TDAH. Detección, diagnóstico y tratamiento van cada uno por su lado en cada uno de estos sectores. Más allá de la buena voluntad individual de algunos médicos y orientadores no existe un mínimo protocolo de coordinación. Al menos así en ocurre en Castilla-La Mancha.
Se ve que en en otros lugares se van dando cuenta de la importancia de esta coordinación y se han puesto manos a la obra. La Junta de Castilla y León ha creado un protocolo de coordinación y lo ha publicado en esta guía, que he descubierto en el 'scoop.it' Orientación y Convivencia y que me permito compartir aquí:
La guía presenta el protocolo y ofrece modelos de informes de derivación, cuestionarios para el diagnóstico o aclaración de términos. Soy consciente de que es pedir demasiado a nuestra administración educativa, más preocupada actualmente por dónde ahorrar que por cómo mejorar, que se ponga a tareas como esta de la coordinación institucional. Por lo pronto, vía cierra de CEP, fulminan de hecho el Plan de Orientación de Zona, la única herramienta -más o menos eficaz- de coordinación que teníamos los orientadores. Estaría bien que la Consejería de Educación de CLM mirara más a Castilla y León que a Madrid a la hora de planificar su política educativa. Todos ganaríamos. También los niños con TDAH.
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