El TDAH es un trastorno neurobiológico y genético, no es un problema de conducta, no está provocado por el ambiente, los padres no tienen la culpa de que su hijo tenga esas dificultades y se comporte de esa manera, los profesores no tienen la culpa de que su alumno tenga esas dificultades y se comporte de esa manera, PERO SI SOMOS RESPONSABLES TODOS LOS ADULTOS que rodeamos al niño de AGRAVAR EL TRASTORNO, el ambiente puede empeorar gravemente el TDAH.
Ante la pregunta que le hicieron a Barkley en un congreso sobre que es lo que pesa más en el TDAH lo ambiental o lo orgánico, respondió: 100% orgánico, 100% ambiental.
Las características predominantes de este trastorno incluyen:
La inhibición deteriorada de la respuesta, la falta de control del impulso o la incapacidad para retrasar la gratificación. Esto se observa a menudo en la inhabilidad de los individuos para parar y pensar antes de actuar; para esperar su turno en los juegos, conversando con otros o teniendo que esperar en la fila; para interrumpir la respuesta rápidamente cuando llega a ser evidente que sus acciones no son eficaces; para resistir distracciones mientras se concentra en el trabajo; para trabajar para recompensas más grandes, a más largo plazo, más que optar por las más pequeñas, más inmediatas; e inhibir la reacción dominante o inmediata a un acontecimiento, tal y como la situación puede exigir.
Actividad excesiva o actividad que no se regula en función de las demandas de una situación. Los niños con TDAH, en muchos casos, se observa que son excesivamente nerviosos, agitados. Exhiben un movimiento excesivo no requerido para realizar y terminar una tarea, tal como culebrear sus pies y piernas, golpean cosas ligeramente, oscilan mientras están sentados, cambian de postura o posición mientras realizan tareas relativamente aburridas. Niños más pequeños con TDAH pueden demostrar el movimiento excesivo, subiendo, bajando, corriendo y otras actividades motoras gruesas. Mientras que esto tiende para disminuir con la edad, incluso los adolescentes con TDAH son más agitados y nerviosos que sus iguales. En adultos con el trastorno, esta agitación puede ser más subjetiva más interior que exterior, menos observable, aunque en algunos adultos sigue existiendo una actividad exterior y buscan siempre estar ocupados o haciendo algo para no sentarse.
Pobre Atención sostenida. El TDAH interfiere en la persistencia, en la capacidad para persistir en una tarea el tiempo necesario para terminar la tarea. Son fáciles de distraer. Este problema se presenta a menudo cuando se asignan al niño una tarea aburrida, prolongada, o actividades repetitivas que carecen de interés para el niño. No pueden a menudo demostrar el mismo nivel de persistencia, motivación, y esfuerzo que otras de su edad en tareas poco interesantes aunque sean importantes y que deben ser realizadas. Hablan a menudo al realizar tales tareas y por lo tanto cambian de de una actividad a otra sin terminar ninguna de estas actividades. La pérdida de concentración durante el trabajo aburrido o tareas prolongadas es normal, al igual que una inhabilidad de volver a su tarea después de una interrupción. Así, se distraen fácilmente durante los períodos en que la concentración es importante para la tarea actual. Pueden también tener problemas para terminar tareas rutinarias sin la supervisión directa, no pudiendo permanecer en la tarea y no poder llevar a cabo un trabajo independiente.
Éstas son las tres áreas de dificultad más comunes asociadas al TDAH.
Sin embargo, las investigaciones realizadas por Russell Barkley están sugiriendo que las personas con TDAH, particularmente, el subtipo combinado pueden también tener dificultades en las áreas siguientes:
El TDAH es un trastorno del desarrollo de la inhibición de la respuesta.
La inhibición es la capacidad de alterar la idea de responder a los eventos, nos permite parar y pensar, es el mecanismo que nos permite parar y pensar antes de actuar, analizar las consecuencias y en función de éstas planificar y organizar nuestra conducta para que sea adecuada a los fines y objetivos que nos proponemos.
Cualquier acción que diriges hacia ti mismo para cambiar tu comportamiento. Objetivo: cambiar uno mismo y mejorar las consecuencias del futuro. Pudiendo de esta forma anticipar y prepararse para los acontecimientos futuros.
Podemos diferenciar información y estímulos importantes en una situación determinada de otros que en esa situación son irrelevantes y en ese momento poder descartarlos o demorarlos por muy gratificantes que sean, debido a que a nuestra Memoria de Trabajo llega la información necesaria para analizar esos estímulos, analizar las consecuencias, planificar y organizar la conducta para decidir que es lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer en este momento y lo que tengo que dejar para más tarde.
La Memoria de Trabajo es la capacidad de traer y mantener la información importante en tu mente sobre lo que vas a hacer, recordar lo que tenemos que hacer ahora y a medio, largo plazo, y así poder dirigir y organizar nuestras acciones y actividades ahora y más adelante, y no perder la pista de los objetivos y metas, es parte de nuestro sistema ejecutivo.
El TDAH no puede hacer eso. El TDAH supone una incapacidad para hacer esto, el TDAH no puede parar, porque no recupera la información necesaria en tiempo real cuando la necesita para poder analizar, planificar y organizar su conducta.
El TDAH no es capaz de utilizar las experiencias de otros para aprender, si miramos al pasado para aprender para el futuro, tomamos conciencia del tiempo. El TDAH no tiene conciencia de tiempo, no se maneja adecuadamente con el tiempo, los problemas con la gerencia y organización del tiempo son típicos de los adolescentes y adultos con el trastorno. No pueden ver a través del tiempo, miopía hacia el futuro, viven el momento.
Retraso en el Desarrollo del lenguaje interno (la voz de la mente). El desarrollo del lenguaje interno: hasta los 3 años es un lenguaje hacia los demás; de 3 a 5 años hablan en voz alta pero para ellos (para uno); de 5 a 7 años hablan en voz baja (mueven los labios, solo partes del discurso (ah!, si…, no…); empiezan a pasar de la descripción de los hechos a las Instrucciones, empieza la conducta verbal privada, hablas contigo mismo, el autohabla. La investigación ha estado sugiriendo últimamente que los niños con TDAH presentan un retraso en el desarrollo de la lengua interna, la voz privada dentro uno mismo lo que empleamos para conversar con nosotros mismos y, dirige y planifica nuestro propio comportamiento. Este discurso privado es absolutamente esencial para el desarrollo normal del autocontrol, de la reflexión, y de la autorregulación. El retraso en las personas con TDAH contribuye a que tengan problemas significativos con su capacidad de seguir las reglas e instrucciones, para leer y para seguir direcciones cuidadosamente, para seguir sus propios planes, reglas, lo mismo ocurre para actuar en función de principios legales o morales. Cuando está combinado con sus dificultades con la memoria de trabajo, este problema con el hablarse a uno mismo o el discurso privado da lugar a menudo a interferencias significativas con la comprensión de la lectura, especialmente de las tareas de lectura compleja, sin interés o prolongadas.
Dificultades con la regulación de las emociones, de la motivación, y del despertar. Los niños y los adultos con TDAH tienen a menudo problemas para inhibir sus reacciones emocionales a los acontecimientos así como lo hacen otras personas de su edad. No es que las emociones que experimentan sean inadecuadas, pero es más probable que manifiesten en público esas emociones que experimentan, más que los demás de su misma edad. Parecen menos capaces para “internalizar” sus sensaciones, guardarlas para sí mismos para moderarlas como lo hacen los otros. Por lo tanto, es más probable parecer ante los demás como emocionalmente más inmaduros, más reactivos con sus sensaciones, más exaltados, poco moderados y más fácilmente frustrados por los acontecimientos. Junto con este problema de la regulación de la emoción, está la dificultad que tienen en la generación de la motivación intrínseca para las tareas que no tienen ninguna rentabilidad inmediata. Esta falta de regulación de las emociones o la incapacidad para guardarlas para sí mismos, la incapacidad para la automotivación, hace a menudo que parezca que carecen de autodisciplina pues no pueden realizar ni permanecer en aquellas tareas que no les proporcionan la recompensa, el estímulo, o el interés inmediato. Su motivación sigue siendo dependiente del ambiente, de los demás, de la recompensa inmediata, mientras que otros desarrollan una capacidad intrínseca para motivarse en ausencia de recompensas inmediatas o de otras consecuencias. También se relaciona con estas dificultades en la regulación de la emoción y la motivación, el de regular su nivel general del despertar para resolver demandas circunstanciales, el hallazgo de que el TDAH es difícil de activar o de despertarse para iniciar el trabajo que se debe hacer, se quejan a menudo de que no permanecen alerta, sobre todo en situaciones aburridas, y con frecuencia parece estar “en las nubes” cuando deben estar más alerta, enfocados, y enganchados activamente a una tarea.
Dificultad en la Capacidad, ingeniosidad, y flexibilidad para resolver problemas y para conseguir metas a largo plazo. A menudo tenemos que realizar actividades meta-dirigidas, a menudo nos vamos encontrar con obstáculos para lograr los objetivos. En ese momento, los individuos deben ser capaces de generar rápidamente par sí mismos una variedad de opciones y analizar los resultados respectivos de cada opción, y de seleccionar entre ellos, los que parezcan más efectivos, en función de la experiencia propia o la de otros, para superar el obstáculo, y así pueden continuar hacia su meta. Las personas con TDAH encuentran esos obstáculos a sus metas pero les resulta muy difícil superarlos, a menudo van directos hacia sus metas, no ven los obstáculos y se dan de narices con ellos y no se toman el tiempo necesario para pensar en diferentes opciones que podrían ayudarles a tener éxito para conseguir su meta. Así pueden parecer menos flexibles en las situaciones en las que hay que resolver un problema, es más que probable que respondan automáticamente o en impulso, y así que son menos creativos para generar opciones para la superación de los obstáculos para conseguir sus metas que otras personas. Estos problemas pueden incluso ser evidentes en el discurso y en la escritura de los TDAH, son menos capaces de organizar sus ideas y pensamientos para poder dar una explicación coherente. Y no pueden planificar rápidamente sus acciones o ideas en una cadena de respuestas ya sean verbales o conductuales para lograr con eficacia la meta que se quiere conseguir.
Mayor variabilidad en el rendimiento o funcionamiento normal en la realización de las tareas o del trabajo. Es típico de los TDAH, especialmente los subtipos asociados a comportamiento impulsivo, una variabilidad substancial a lo largo del tiempo en el funcionamiento de su trabajo. Estas grandes oscilaciones se pueden encontrar en la calidad, la cantidad, e incluso la velocidad de su trabajo, no pudiendo mantener un patrón relativamente uniforme de la productividad y de la exactitud en su trabajo a partir de un determinado momento o de un día para otro. Tal variabilidad está desconcertando a menudo a las personas que trabajan con ellos (padres, profesores…) pues está claro que en algunas ocasiones, la persona con TDAH puede terminar su trabajo rápidamente y correctamente mientras que otras utiliza mucho tiempo, sus tareas están mal realizadas, inexactas, y absolutamente irregularmente. De hecho, algunos investigadores ven este patrón de alta variabilidad en la realización de actividades un sello del trastorno y pueden estar relacionadas con la inhibición y la inatención descrita anteriormente.
El TDAH supone un retraso en el neurodesarrollo. Siempre van por detrás entre un 25% y un 45%. Un niño de 9 años tiene un autocontrol de entre 3 y 6 años.
No pueden organizar su mente.
No puede hacer lo que hacen los niños de su edad, aunque lo saben hacer. El problema es que pretendemos que se comporten como niños ordinarios o normales.
Parte posterior del cerebro es el cerebro que sabe, la parte frontal del cerebro es para utilizar lo que se sabe. En el TDAH existe una desconexión entre estas dos partes. Son personas que saben lo mismo que los demás, el problemas está en hacer lo que saben hacer, “sabiendo lo que tiene que hacer, no lo sabe hacer”.
Es un problema de rendimiento de la actuación, el momento de la vida en la que has de hacer algo.
Si no hay consecuencias externas, no van a ser capaces.
El TDAH es un problema de salida de información.
Las técnicas conductuales sirven para motivarlos, no para enseñarlos.
La información mental, el tiempo, la resolución de problemas, buscar estrategias para tratar de sacarlo del plano mental y hacerlo físico que lo puedan ver, tocar...
El TDAH a distintas edades
Preescolar: problemas de comportamiento, son más inquietos que los otros niños, se levantan más veces de la silla, parecen que pegan más, pueden tener más problemas a la hora de relacionarse con los demás, actúan más impulsivamente que los demás, cambian más veces de juego o de actividad.
Escolar:
Primaria: Rendimiento por debajo de sus posibilidades; el esfuerzo no se corresponde con los resultados obtenidos, no necesariamente fracaso escolar; “niño con posibilidades que no llega”; problemas de conducta; dificultades en las relaciones con sus compañeros, no necesariamente aislados o no integrados en el aula; se distraen fácilmente, no prestan atención, baja autoestima.
Secundaria: todo lo anterior, aunque el fracaso escolar es más probable, tonteo y/o consumo de drogas, embarazos no deseados; problemas legales, alteraciones más graves de la conducta; dificultad para llevar a cabo cualquier proyecto.
El TDAH está infradiagnosticado en España.
Las últimas investigaciones nos sugieren que se pueden desarrollar los síntomas en cualquier momento de la infancia, no necesariamente antes de los 7 años, después de los siete años, a los 10 o incluso a los 15.
No va a ser necesario que coincida la información de los padres y los profesores, pues el niño se puede comportar de manera diferente en casa y en el colegio. Hay que unir la información, no compararla. Son situaciones diferentes, mucho más difícil para ellos el colegio.
El retraso mental no descarta el TDAH (hay que comparar el déficit de atención con su edad mental, sabemos que el retraso mental supone déficit cognitivos, un niño de 12 años con una edad mental de 9, los resultados han de compararse con la edad de 9, si obtiene un rendimiento más bajo de lo esperado para esa edad, tenemos que pensar que existe un Déficit de Atención independiente del Retraso Mental.
Una familia desestructurada, marginal, problemática no descarta el TDAH (puede ser que esos padres, con problemas de drogas, alcohol, sean TDAH)
EL TEMPO COGNITIVO LENTO
Existen siete tipos de Atención y por lo tanto hay siete trastornos de Atención. Se conoce uno el TDAH, otro se ha descrito hace poco tiempo, el TCL.
El Tempo cognitivo lento es un trastorno de la Atención, pero son diferentes a los TDAH, aunque en este momento se están diagnosticando como TDAH subtipo inatento, son niños que sueñan despiertos, lentos, por debajo del nivel de respuesta, lentos en sus movimientos, aletargados, espesos, ausentes, apáticos o desmotivados, hipoactivos, tímidos aunque están interesados en relacionarse con los demás, dudosos, cometen muchos más errores en las tareas escolares que los TDAH, no son impulsivos. Son lo opuesto al TDAH.
Diferencias entre el TDAH y el TCL:
El TDL es un problema de IMPUT, de entrada, del procesamiento de la información, problema de percepción.
El TDAH, un problema de salida de la información.
El TCL no presenta comorbilidad, no presentan otros trastornos asociados, no tienen riesgo de presentar otros trastornos de conducta. Son niños más ansiosos
El TDAH presenta una alta comorbilidad, el 80% presenta un segundo trastorno; el 60% presenta dos o más trastornos asociados.
Los TCL responden bien al entrenamiento cognitivo-conductual: pautas conductuales, entrenamiento en autoinstrucciones, habilidades sociales…
Los TDAH no responden bien al entrenamiento cognitivo conductual, son muy difíciles de entrenar en habilidades cognitivas.
EL TDAH Y EL COLEGIO
A los TDAH en el colegio se les describe “básicamente es un niño vago e inmaduro” y cuando los padres le dicen al profesor que trabaja y estudia bastantes horas en casa, que en casa lo sabe y no se explican lo que ocurre en el examen (se lo sabe para un 9 y saca un 3), los profesores no lo creen, la explicación más cómoda y rápida, es un vago, y no lo hace porque no quiere. Es responsabilidad del profesor, plantearse que hay algo que no encaja, que puede existir un problema y no desentenderse echando la culpa a los padres o pensando que mienten y que quieren defender a su hijo. Es probable que haya algún caso que así sea, en alguno acertarán, pero muchos de esos casos son alumnos que probablemente tengan TDAH. Cuando habla cuando no le corresponde o interrumpe a otros cuando hablan, cuando se mueve continuamente, cuando molesta o pica a los compañeros, cuando no acata las normas, no respeta el turno en juegos, actividades, conversaciones… decimos que los padres le consienten demasiado, que se lo dan todo hecho y que el problema está en casa, el niño no tiene ningún problema.
Una vez diagnosticado y tratado, pensamos que el niño ya no tiene nada…. Nada más lejos de la realidad (el que es miope lo es toda la vida y aunque las gafas le ayuden a ver mejor, lo cierto es que sus ojos no funcionan bien y nunca va a ver igual que otra persona que no padece miopía) y dependiendo del grado de afectación la mejoría con la medicación será total o solo, en los casos más severos, parcial. Siempre van a tener problemas con la organización, la planificación, demorar las recompensas, actuar para el futuro, en mayor o menor grado esto va a ser siempre así.
El TDAH genera altos niveles de Ansiedad y depresión, pues viven en una continua incertidumbre, no controlan lo que hacen y no ven las consecuencias.
Los niños con TDAH presentan tantas dificultades en el colegio por las herramientas didácticas y el sistema de aprendizaje. Los niños normales, por el desarrollo evolutivo normal, no adquieren la capacidad de abstracción hasta los 12 años, aprenden mejor experimentando. El Sistema Educativo Español se basa en aprendizajes de conceptos abstractos desde los 6 años.
PAUTAS DE ACTUACIÓN E INTERVENCIÓN
No podemos ver la conducta aislada, tenemos que ver la conducta en un contexto en que circunstancias se ha dado esa conducta.
Son niños muy inestables, no alarmarse porque hayan mejorado y tengan una temporada mejor, y por favor, no penséis que ocurre algo en casa, porque en la mayoría de los casos no va a ser así.
Para entrenar en habilidades de autocontrol a los niños con TDAH hay que estar con ellos continuamente, porque no generalizan, esto los psicólogos y psicopedagogos no lo pueden hacer. Hay que profesionalizar a los padres y profesores. Hay que entrenar a padres y profesores para que sean ellos los que entrenen a los niños en cualquier situación de la vida cotidiana, de esta forma es más fácil que puedan generalizar.
No aprenden de los demás, aprenden experimentando (y no siempre).
El niño tiene los conocimientos, nuestra obligación es poner los recursos necesarios para poder saber que lo sabe (lo dice la ley): exámenes orales, preguntas cortas, tiempo que necesiten…
El niño con TDAH no es un niño problemático es un niño que tiene un problema.
Un tratamiento combinado, bien pautado y de instauración precoz puede ofrecer nuevas perspectivas a la vida del niño y su futuro.
Actitudes como “vamos a esperar que ya madurará…”; “solo es un niño vago y travieso”, etc. Pueden en cambio estar restando oportunidades a su futuro.
Cómo dar las instrucciones con el objetivo de facilitar el cumplimiento: establecer contacto ocular y/o proximidad física con el niño; dar las instrucciones de una en una, las instrucciones deben ser concretas, cortas y en un lenguaje positivo.
Las explicaciones deben ser motivadoras, cercanas a la vida cotidiana del niño, dinámicas, que permitan una participación frecuente. Deben estar estructuradas y organizadas. El profesor debe asegurarse que el niño ha comprendido la explicación.
Es necesario que el niño se siente cerca del profesor, facilitando la supervisión, y lejos de murales, ventanas u otros elementos decorativos.
Es importante que el profesor esté informado sobre el trastorno.
Ayudarle a organizar y planificar sus tareas:
Ayudar al niño a que se marque objetivos concretos y cortos.
Si la tarea es muy larga, fragmentarla.
Animarle a usar la agenda de forma sistemática, revisársela y felicitarle por su uso. Este es un espacio idóneo para reforzar y elogiar el buen comportamiento del niño. Se ha de evitar el uso de este medio como intercambio de críticas y aspectos negativos sobre su conducta y su rendimiento.
Elogiar la conducta adecuada
Utilizar un lenguaje positivo
Tareas cortas, refuerzo inmediato
Tareas para que se pueda levantar y canalizar así el movimiento
Ignorar conductas menores
Evitar los castigos, sobre todo en conductas que sabemos que no puede evitar, ya que no le enseñan la conducta correcta
Anticipar lo que pueden ser situaciones problemáticas
Dedicarle tiempo
Supervisarlo a menudo
¿Cuándo surgen los problemas?
La tarea es difícil y aburrida
Se le exige un trabajo por un periodo prolongado
Hay poco control
Se realizan cambios de actividades que el niño o adolescente no controlan
El niño no sabe lo que se espera de él
Solo se le recuerdan los errores, no se le acepta como es.
No se le respeta (se le chilla, se le amenaza…)
Es castigado en exceso.
Generalmente los niños tienen una lista de “noes” (no correr, no chillar, no insultar…). Es necesario formular las normas o los límites en positivo (caminar poco a poco, hablar flojito…), para así enseñar conductas adecuadas.
Elogia al máximo, ignora siempre que sea posible, castiga solo ante situaciones muy graves. Trata de sorprender a tu alumno cuando haga alguna cosa bien hecha y felicítalo.
Recordemos elogiarlo de forma especial, ya que la tarea escolar supone para un niño con TDAH un esfuerzo muy importante
Si no se trata adecuadamente al niño con TDAH no solo continuará teniendo dificultades para atender y controlar sus impulsos, sino que llegará a rechazarse a sí mismo, tendrá dificultades en la escuela, con los compañeros o amigos e incluso en la familia, mostrándose desmotivado para superar sus dificultades.
No es lo mismo un niño que piensa “como soy listo lo sabré hacer” que otro que piensa “no podré conseguirlo nunca”. El primero lo intentará, mientras que el segundo abandonará antes de intentarlo o ante la mínima dificultad.
Sustituir el verbo “ser” por el verbo “estar”. De esta forma no atacamos su autoestima, lo que hacemos es mostrarle la conducta correcta.
Potenciar una buena autoestima es la mejor defensa para que sepa enfrentarse con éxito a los diferentes retos que le ofrecerá la vida.
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