Charla organizada por ATIMANA-DAH.
Impartida por Milagros Marrero
Puntos a tratar:
- Qué es la adolescencia.
- Qué cambios se producen.
- Adolescentes con TDAH.
- Qué necesidades tiene el adolescente. Qué le preocupa.
- Qué les preocupa.
- Qué dicen
- Qué necesitan
- Los padres:
- Reglas de oro para la supervivencia.
- Qué le preocupa a los padres.
- Qué dicen los padres.
- Cuáles son los problemas más frecuentes con los que se van a encontrar.
La adolescencia es una etapa más de la vida, una etapa de transición que va a preparar al niño para la edad adulta.
Va a ser, por tanto, un período de grandes cambios, un momento en la vida en el que dejas de ser niño pero tampoco eres adulto. De manera que es un terreno de nadie en el que los propios chicos y chicas no saben cómo desenvolverse y, por supuesto, tampoco los padres. Es, entonces, una época de cambios no solo para el adolescente sino también para los padres y muchas veces nos coge por sorpresa, esta la razón que nos lleva a intentar prepararnos para su llegada.
Qué cambios se producen
En esta etapa hay un desarrollo físico que marca la diferencia entre lo que era el niño y lo que es el adolescente, que empieza a formarse como persona adulta. Hay niños en los que este cambio pasa casi inadvertido, pero para otros este cambio se hace mucho más evidente.
Existe también diferencia en la llegada de esos cambios físicos entre niñas y niños. Normalmente las niñas se desarrollan físicamente antes que los niños.
Junto a los cambios físicos debemos tener en cuenta también los cambios psicológicos que los acompañan.
La adolescencia es un periodo donde el chico o chica se pregunta ¿quién soy?, donde se deja de ser y se empieza a ser un adulto, pero sin serlo del todo, en definitiva el adolescente no sabe aún ni quién es.
Por tanto nos vamos a encontrar con chicos y chicas que se van preguntando muchas cuestiones y descubriendo otras tantas y que se enfrenta a toda un información que van a tener que organizar para conseguir un buen desarrollo.
Hay muchos estímulos tanto internos como externos que aparecen durante esta etapa y con los que tienen que aprender a convivir y aprender a responder, estas nuevas situaciones son nuevas y es difícil aprender a asimilarlas, es difícil vivir y convivir con ellas.
Edades:
- 11 años a 14 años: Pubertad
- 15 años a 17 años: Adolescencia
- 17 años a 21 años: Última etapa
Los cambios físicos que aparecen desconciertan al adolescente y hacen que el adolescente, en cierto modo, no se reconozca al mirarse y se formule esa pregunta que ya conocemos: ¿Quién soy yo? Cuando todos estos cambios físicos empiezan a surgir, con ellos emerge el conflicto personal para el adolescente, reconocer quién soy y asimilar los cambios.
Los cambios psicológicos también están ahí. Estos cambios se van a sentir, por parte del adolescente, sobre todo en forma de mayor vulnerabilidad. Los chicos y chicas están más inseguros, más sensibles, porque son demasiadas las cosas que están ocurriendo para afrontarlas con tranquilidad.
Por tanto el adolescente tiene todos sus terrenos en inestabilidad. Esto va acompañado de ese empezar a formarse una identidad personal, generar quien soy y como soy, empezar a reconocerse como persona, identificar que opino de mi mismo. Toda esta inestabilidad, todos estos cambios y todas las preguntas que surgen durante esta etapa se manejan mal porque se está más vulnerable a la crítica y a los comentarios externos. Los adolescentes revisan su autoconcepto en base a las nuevas experiencias, en base a los cambios surgidos y en base a lo que creen sobre si mismos y lo que oyen a los demás de su persona (la persona que creo tengo que llegar a ser y no el niño que fui); de manera que comienzan a fabricarse un nuevo concepto de si mismos que va a moldear su autoestima.
Durante esta etapa reestructuran su forma de relacionarme tanto consigo mismo como con el entorno. Comienzan a preguntarse “quién soy y adonde tengo que ir”, comienza a reclamar mayor independencia lo que conlleva tomar decisiones propias y también cambia la forma en que se relaciona con otros. Todo esto va a llevar al adolescente a conseguir un mejor desarrollo personal y obtener un mejor desarrollo de su vida adulta.
Pero no todos los adolescentes son iguales, cada chico o chica va a funcionar de manera diferente, estando más o menos ajustados o teniendo mayores o menores dificultades en este proceso de cambio que supone la adolescencia; eso sí, el proceso siempre se cumple y hay que pasar por esta etapa y por esa auto-revisión propia de este periodo.
ADOLESCENTES CON TDAH
Los chicos y chicas con TDAH que llegan a la adolescencia van a pasar por este mismo proceso, pero sumando las dificultades que este trastorno conlleva.
Sigue existiendo el TDAH y este va a influir en sus relaciones y en como maneja estos cambios, va a haber menor autocontrol y peores relaciones debido a esta dificultad añadida.
Los padres de adolescentes con TDAH debemos prepararnos aún mejor para la entrada a la adolescencia porque necesitaremos más recursos para lidiar con estos chicos y chicas, de igual manera que los necesitábamos cuando eran niños.
Entre el 35 y el 80% de los niños diagnosticados de TDAH en la infancia mantienen la sintomatología al llegar la adolescencia y por tanto muchos llegaran con esta sintomatología a la vida adulta.
Pero aún siguen existiendo profesionales médicos que continúan con la idea de que el TDAH desaparece sin más en la adolescencia, de manera que a los 16 años y un día cuando abandonan el pediatra para pasar al médico de familia, acaban con la medicación.
¿Qué ocurre entonces? Estamos ante dos posibilidades, que se adapte bien sin la medicación o que no reaccione bien puesto que sigue necesitando de ese tratamiento (recordemos que entre el 35 al 80% de los niños mantienen la sintomatología durante la adolescencia). Cuando esa sintomatología persiste en la adolescencia, vamos a tener un problema añadido que se va a ver agravado sin la ayuda de la medicación.
La entrada a la adolescencia cuando hay un TDAH de por medio va a tener, por tanto, mucho más impacto y más dificultad. El adolescente va a necesitar de mayor estructuración y de mayor seguimiento, sigue necesitando normas y límites que tendremos que adaptar a su edad y situación, y también va a tener que enfrentar mayores problemas.
Los chicos o chicas con TDAH suelen tener un añito o dos de diferencia en cuanto a madurez personal y con respecto a sus compañeros. Por tanto pueden llegar a esta etapa de cambios que supone la adolescencia sin un desarrollo personal y emocional adecuado para afrontarla, pudiéndose encontrar con que sus compañeros ya han despegado en la adolescencia y él, aunque físicamente esté a la par, emocional y mentalmente todavía no tiene la madurez ni las estrategias necesarias y adecuadas para encajar los diferentes procesos que se dan durante la adolescencia.
Al llegar la adolescencia los síntomas del TDAH van a cambiar, se reducen en muchos casos, sobre todo la hiperactividad. Pero no en todos los casos desaparece este síntoma si no que se interioriza. Por tanto cuando llega esta etapa debemos estar atentos a que ocurre con los síntomas, ya que si lo que ocurre es esa interiorización, el adolescente debe aprender a vivir con esa inquietud interna y nosotros debemos ayudarle.
Por tanto nos encontramos con una discrepancia entre el desarrollo físico y el desarrollo cognitivo (más lento). Ciertas funciones complejas como son la organización, el autocontrol o la planificación están descompensadas con respecto a su desarrollo físico en la entrada a la adolescencia.
Es imprescindible en esta etapa que revisemos nuestras herramientas, desechando aquello que no sirve y adquiriendo nuevas pautas e instrumentos para manejar a la nueva persona que está ante nosotros.
Vamos a encontrarnos con algunos problemas como la demanda de mayor independencia o también el fracaso escolar, el aislamiento social, baja autoestima, problemas sociales y conflictos con la familia; un combinado que hace ver la importancia de prepararse para la llegada de esta etapa.
Qué necesidades tienen los adolescentes y qué les preocupa.
QUE LES PREOCUPA
- Necesitan independencia.
En este momento comienzan los problemas puesto que el adolescente demanda independencia, la misma que disfruta su grupo de referencia que ahora son sus amigos, pero aún no tiene la suficiente autorregulación personal (se dejan convencer, caen en tentaciones, no tienen capacidad para afirmarse o negarse en determinadas situaciones). Este es un problema no solo para los padres sino también para el propio adolescente por lo que pueda ocurrir y porque no entienden que se les quiera limitar.
- Los amigos. El punto de referencia pasa de su familia a su grupo de amigos. Esto es algo normal y necesario en el desarrollo del adolescente. El único problema es que no siempre es el momento adecuado para realizar esta separación.
Ya no están bajo la capa protectora de los padres, demandan independencia y su grupo de referencia pasa a ser los amigos. El chico o chica quieren pertenecer a un grupo (los amigos) y van a hacer todo lo posible para conseguirlo. Nos vamos a encontrar con que no siempre son las compañías más adecuadas y por este punto también pueden surgir los conflictos.
- También les preocupa el sexo y el amor, aspectos muy importantes en el desarrollo del adolescente.
- El tiempo. Aquí nos encontraos con dos opciones, unos a los que les falta tiempo para hacer todo lo que quieren y los otros que están prácticamente todo el tiempo sin hacer nada (con la televisión, internet…).
- Intimidad. Empiezan a cerrar la habitación en busca de esa intimidad. Esta es una de las primeras necesidades del adolescente. Requieren su propio espacio personal y su intimidad. Esto no quiere decir que no precisen tener a su familia y que esta se retire. Muy al contrario ellos necesitan que su familia esté ahí pero respetando su intimidad y su espacio.
Aunque él cierre su puerta y pueda darnos a entender que no somos ya importantes, el adolescente precisa saber que los padres están ahí y que la familia tiene importancia aún cuando su grupo de referencia sea ahora el de los amigos. Debemos comprender con esta actitud tan solo reclaman su propio espacio intimo, lo necesitan igual que lo necesitamos nosotros.
- El dinero es otra de las preocupaciones del adolescente. Quieren salir y comprarse cosas, luego quieren dinero para poder hacer todo esto, pero no lo tienen a mano y por tanto es una de las cosas que van a demandar y que también puede ser generador de problemas.
- Les preocupa también el futuro.
- La imagen corporal es muy importante en esta etapa porque es la imagen que dan al mundo exterior, con ella dicen a los demás quiénes son. Esta imagen también se forja a través de los otros, sobre todo de su grupo de referencia, que en esta etapa son los amigos. En esta etapa cada uno define su estilo personal, la imagen que quieren dar hacia el exterior. Y es importante tener en cuenta que ésta es una de las batallas que no vale la pena luchar; sobre todo si esa imagen, sea cual sea, va acompañada de un nivel adecuado de responsabilidad y capacidad para tomar decisiones.
¡Hay que atender a lo verdaderamente importante!
Quién soy
Cómo afronto los cambios
Cómo se afrontan los conflictos con la familia
Los padres no entienden al adolescente pero, normalmente, ellos (los adolescentes) tampoco se entienden a si mismos. Y este es un aspecto importante que hay que tener presente continuamente.
Cómo se habló anteriormente cada chico o chica es diferente, de esta forma tendremos niños muy bien integrados y que pasan por esta etapa muy levemente y sin problemas, pero por otro lado, tendremos a muchos a los que esta etapa les afecta de manera importante.
Así podemos encontrarnos con que algunos días no se conectan con los padres y se comunican telegráficamente, mientras que otros nos cuentan todo lo que les ha pasado hablando sin parar. O también puede ocurrirnos que el adolescente en cuestión pase por esta etapa decidiendo una comunicación escasa o al contrario comunicando todo y más a sus padres.
Es importante y bueno conocer a los amigos, puesto que nos dará una idea del camino que está tomando el chico o chica. De manera que es conveniente dejar que traigan a sus amigos a casa, abrir las puertas, nos da la posibilidad de conocer con quien está y porque y nos dará pistas sobre lo que está pasando en la vida del adolescente.
Otro aspecto que debemos tener muy en cuenta es que el adolescente necesita y reclama normas y límites. No hay nada peor que una adolescencia sin normas y límites. Los adolescentes necesitan saber que sus padres siguen ahí como modelos educativos y como guías.
QUE DICEN LOS HIJOS
- No me entienden
- Me regañan por cualquier tontería.
- Me siento triste en cuestión de segundos.
- Me da vergüenza hablar de sexo con mis padres.
- Me compara siempre con los demás y siempre salgo perdiendo.
- Parece como si mis padres nunca se equivocaran, siempre soy yo el equivocado.
- Me regañan por cualquier tontería.
- No sé si quiero seguir estudiando.
- Mis amigos no me juzgan.
- No se fían de mí.
- Odio que revisen mis cosas.
- Todo son exigencias.
Me comparan siempre con los demás y siempre salgo perdiendo: Cuidado con las comparaciones. Estamos hablando de niños con TDAH que desde pequeños han estado sometidos a mucha crítica y a mucha exigencia. Además debemos tener en cuenta que ellos sí que se van a comparar con los otros, es suficiente con esto, así que:
¡Cuidado con las comparaciones!
Mis amigos no me juzgan. Sus amigos son su grupo de referencia pero sigue siendo la familia la que pone las cosas delante, la realidad.
Odio que revisen mis cosas: Este es un error que es fundamental no cometer. La tentación de revisar las cosas del adolescente suele darse mucho en los padres cuando los chicos y chicas llegan a estas edades, intentando ver hasta donde están llegando sus hijos.
Pero tenemos que ser conscientes de que nadie tiene derecho a revisar las cosas de otros y tenemos la obligación de respetar su intimidad. El adolescente está en un momento en el que es más sensible y la situación puede volverse muy delicada. Desde el momento que se dé cuenta que le están revisando sus cosas esconderá todo fuera, comenzará a mentir o a ocultarnos cosas. El adolescente pelea por su espacio porque es muy importante para él, de manera que cuando nos asalte la tentación de revisar, debemos parar y dar un paso atrás. Lo que debemos hacer es observar y estar atentos a las señales.
Todo son exigencias. Y esta es una de sus quejas porque ya no quieren que les sujeten tanto y se revelan contra normas y límites. Esto no quiere decir que no se impongan normas y límites, son necesarios, pero hay que revisar cuales son adecuados y negociar.
QUE NECESITAN
- Necesitan saber que la familia está ahí. Necesitan APOYO y PROTECCIÓN.
Protección pero de manera diferente a cuando eran niños, el adolescente sigue demandando y necesitando protección, aunque parezca decirnos lo contrario.
- Necesitan un clima familiar sano.
- Necesitan información sobre hábitos de vida saludables. Esto debería empezar antes de la adolescencia y la pubertad. Se trata de sembrar en la niñez para recoger en la adolescencia, todo lo que le enseñemos durante la infancia va a servirnos en esta etapa.
- Necesitan un proyecto de vida.
- Necesitan seguridad y responsabilidad.
- Necesitan un sistema de valores propio.
- Necesitan buenos modelos a imitar.
- Necesitan educar la voluntad y la paciencia.
- Necesitan equivocarse.
- Necesitan un grupo de referencia externo.
- Necesitan intimidad, su parcela personal.
- Necesitan libertad, saber que pueden tomar decisiones y tomarlas.
- Necesitan sobrepasar límites, ponerse a prueba para averiguar que quieren.
Los padres
A veces los padres sienten que se les viene el mundo encima. Es complicado tener un adolescente en casa sobre todo si el chico o chica tiene TDAH.
REGLAS DE ORO PARA LA SUPERVIVENCIA
- Intentar comprender qué ocurre, qué es la adolescencia, cuál es su desarrollo y el impacto del TDAH en esta época de la vida.
- Hasta ahora hemos estado siempre ahí, dando apoyo, guiando, pero ahora tienen que empezar a moverse solos y vivir las dificultades en solitario.
El adolescente necesita desarrollar una aptitud de afrontamiento y expectativas racionales.
- Hay que situarse en el punto en que está el chico o chica y partir de ahí para poder trabajar, de esta forma sabremos donde está, que está sucediendo y cómo actuar. Así obtenemos una mejor consciencia de donde estamos y cuál es la mejor forma de conducirse, generando unas expectativas más reales sobre el adolescente y hasta dónde puede llegar.
- Debemos establecer normas bien definidas y límites, y hacer que se cumplan.
- Tenemos que establecer una comunicación positiva, eficaz y reforzante. Saber distinguir qué se está consiguiendo y qué se está haciendo bien o mal. No hay que olvidarse de reforzar sus conductas positivas elogiando su comportamiento.
Debemos tener en cuenta que el adolescente ya empieza a funcionar con más autonomía, no vamos a saber en todo momento donde está y qué está haciendo. Muchas veces por miedo los padres generamos situaciones de estrés y extrema preocupación, simplemente por no saber y por no hablar con el adolescente y normalizar las cosas.
Esta situación de comunicación en confianza hay que ir preparándola y generándola desde la infancia, estableciendo un tipo de relación que nos permita acercarnos, hablar y comentar nuestros miedos y preocupaciones con los hijos.
- Debemos aprender a resolver discrepancias, a negociar. Una buena negociación es aquella en la que ambas partes obtienen ganancia. No debemos usar la autoridad para imponer las cosas porque sí, ni es bueno que ganen siempre los padres ni que gane siempre el adolescente, debemos conseguir un equilibrio.
- Debemos pedir ayuda profesional cuando sea necesario. Hay que saber pedir ayuda y cuándo. Si esperamos demasiado podemos encontrarnos en una situación que tiene difícil solución. Cuando esperamos a que los problemas se multipliquen y llegue la adolescencia podemos encontrar que el adolescente no es receptivo y no acepta la ayuda ni de los padres ni del profesional, no colabora y sin colaboración la solución se hace cuesta arriba.
Si durante la pubertad ya nos encontramos con problemas como negación constante debemos empezar el trabajo ya, pedir ayuda y no esperar a que llegue la adolescencia.
- Debemos mantener el sentido del humor, éste es fundamental cuando tenemos a un niño con TDAH.
- Tenemos que tomarnos regularmente descansos del niño, tiempo para la pareja y para uno mismo, para descansar y desconectar.
- Mantener un ESTILO EDUCATIVO DEMOCRÁTICO es importante. Esta forma de actuar nos llevará a una mejor convivencia y a una más efectiva resolución de conflictos.
- Ser flexibles, pero firmes. Aunque parezca contradictorio no lo es. Deben haber normas y límites, que han de estar claros y se deben hacer cumplir; pero, al mismo tiempo se exige flexibilidad en la negociación.
Ha llegado la hora de revisar nuestras herramientas de trabajo, comprobando si siguen funcionando o si necesitamos cambiarlas, volvemos de nuevo a repetir algo que ya se dijo anteriormente, pero este aspecto es muy importante y nunca podemos dejarlo de lado.
Con un adolescente no podemos seguir usando las mismas herramientas que usábamos con un niño, debemos cambiar las que no sirven o mejorar las que ya tenemos y creemos que pueden ser útiles. Hay que ponerse al día con la edad y el momento que estamos viviendo, el punto en que se encuentra el adolescente, y adecuar nuestras herramientas.
Las normas y límites siguen poniéndolas la familia, pero adecuándolas a la edad en la que estamos ahora. Como ocurría en la niñez los padres deciden que normas están vigentes en el hogar pero se pueden negociar ciertas pautas y consecuencias. El adolescente ya no es un niño y debemos comprender esta situación, adaptándonos a sus nuevas necesidades, con ello debemos adecuar normas, límites, horarios, rutinas y herramientas.
Debemos tener en cuenta un aspecto importante:
Los padres podemos pararnos y mirar hacia abajo, podemos retroceder hasta esa época en que está nuestro hijo y ver qué pasaba en ese momento, cuáles eran los sentimientos; desde esta perspectiva podemos llegar a comprender que está pasando con nuestros hijos. Podemos hacernos una idea cercana de lo que ocurre en cada etapa del desarrollo, porque tenemos experiencia, hemos pasado por esa edad y por esa etapa, aún siendo diferentes.
Pero ¿Qué ocurre con nuestros hijos? Hacer lo contrario, mirar hacia arriba o hacia delante, hacia el futuro al fin y al cabo, no es tan fácil, esta tarea es más bien imposible, porque no hay experiencia al respecto. Sí que es verdad que ellos pueden hacerse una idea de lo que nosotros estamos pasando a partir de lo que les exponemos o explicamos, a partir de lo que compartimos con ellos. Pero no podemos esperar que comprendan profundamente. Un niño de 8 años ¿Puede mirar hacia arriba y comprender al adulto? No, ni se lo puede imaginar. De manera que seguimos siendo los adultos los que tenemos la posibilidad de mirar atrás y revisar entendiendo el momento en el que están los hijos en el presente.
QUE LES PREOCUPA A LOS PADRES
- A los padres les preocupa el futuro del adolescente, por tanto una de las grandes preocupaciones son los estudios.
- Les preocupa también la imagen del adolescente, cómo va vestido. Recordemos que esta es una batalla que no vale la pena luchar, sí, a veces es difícil, pero debemos guardar nuestras energías para otras más importantes. Para conseguirlo podemos recordar ese mirar hacia abajo, llegando hasta el punto donde ellos estaban, para percibir por qué quieren ponerse algo o por qué no.
- A los padres también les preocupa el tiempo, el tiempo que suelen perder ya sea con amigos, televisión, consolas, internet. Volvemos al punto comentado anteriormente, debemos tener perspectiva, mirar abajo, para poder comprender que está pasando. Empiezan a interesarle otras cosas y su grupo de referencia ha cambiado, esto hay que comprenderlo y tenerlo en cuenta.
- También preocupa que el adolescente no deje que nos acerquemos a ellos, que no nos deje saber de ellos. En esta etapa podemos encontrarnos con el adolescente telegráfico que entra y se comunica con monosílabos o con el contrario, que te cuenta todo lo que le ha pasado con pelos y señales; puede ocurrir que nuestro adolescente tenga días en los que prácticamente no se comunica, como en el primer caso expuesto, y otros días en los que nos cuenta todo.
En este sentido tenemos que tener en cuenta que hay un amplio abanico de adolescentes, tantos como personas, de manera que cada adolescente es único.
- A los padres también les preocupa que se metan en líos, peleas, problemas judiciales… es una época de pruebas y tentaciones que puede llevar al chico o la chica a pasar límites que no debería.
- Otro punto de preocupación es la sexualidad y los embarazos.
Pero aún con este problema y con el anterior debemos alejar de nosotros la idea de revisar o registrar las cosas del adolescente. En sustitución al registro y para estar atentos a posibles problemas la mejor estrategia es observar atentamente las diferentes señales y, sobre todo, hablar con el adolescente, informarle sobre los peligros que subyacen a ciertas conductas, prepararlos y en casos como la sexualidad proporcionarles medios seguros.
- A los padres también nos preocupa el ensimismamiento que suelen presentar los adolescentes.
- Preocupa el consumo de drogas legales e ilegales, es decir, las posibles adicciones.
- También preocupa la escolarización, el futuro.
Durante la adolescencia vamos a tener que seguir motivando y reforzando positivamente, pero probablemente necesitemos implicarnos más e invertir mayor esfuerzo en esta tarea.
Siguen necesitando de apoyos dentro y fuera del aula y hay que prestarle esos apoyos. Ya en la ESO se está continuando con la línea de apoyo y adaptaciones para estos chicos y chicas, pero actualmente también se está consiguiendo para el bachiller, la PAU o incluso la universidad. Por ejemplo en la PAU tienen la posibilidad de examinarse en un aula aparte, con un profesor que pueda estar más atento y orientarle y también con más tiempo para los exámenes, con todo esto se pretende que el alumno tenga la posibilidad de demostrar lo que realmente sabe (debemos estar al tanto que existe esta posibilidad y pedir esa ayuda puesto que nos proporcionará con toda seguridad mejores resultados). El año pasado, en Canarias, se iniciaron una serie de encuentros para alcanzar programas y ayudas específicas para el alumnado con TDAH dentro de la universidad.
Cuando nuestro hijo o hija no solo ha llegado a la adolescencia sino que además tiene TDAH ¿Qué ocurre?
Todavía hoy hay muchos médicos que continúan con la creencia de que el TDAH desaparece, como por arte de magia, en la adolescencia. Lo que ocurre es que desde que deja pediatría para pasar al médico de familia, es decir desde que cumple 16 años, su médico le retira la medicación. Pero, si esa medicación se quita demasiado pronto, si aún no es el momento adecuado para esa retirada, entonces nos vamos a encontrar con muchos problemas. En otros casos, hay profesionales médicos que lo que hacen es probar que ocurre retirando la medicación progresivamente por ejemplo.
Si el adolescente no está aún preparado para la retirada de la medicación, nos vamos a encontrar con problemas de regulación, peor respuesta ante acontecimientos sociales, mayor predisposición a tomar decisiones equivocadas por falta de reflexión… Nos vamos a encontrar con que el TDAH sigue ahí y va a manifestarse con todos sus síntomas afectando significativamente la vida del adolescente y reduciendo notablemente la calidad de vida. Por otro lado un adolescente medicado seguirá regulado y por tanto tendrá mayores posibilidades de tomar decisiones acertadas y reflexivas (recordemos que la impulsividad conlleva que no exista ese tiempo de reflexión antes de actuar). De manera que la medicación va a colaborar en proteger un poco más al adolescente de todas las circunstancias y acontecimientos que le están ocurriendo durante esta etapa.
En cualquier caso, debemos estar pendientes de cómo reacciona el adolescente cuando se le retira la medicación o si la retirada es progresiva de que va ocurriendo en ese periodo. Lo que pase nos dará una pista sobre la necesidad de continuidad o no con los fármacos.
QUE DICEN LOS PADRES
- Falta de respeto.
- Gritos.
- No cumplen los horarios.
- Fuma porros y a saber qué más.
- Se pasa el día colgado al teléfono.
- Lo deja todo tirado (en general este aspecto se da en todos los adolescentes, el orden pasa a un segundo plano).
- Está fallando en los estudios (la prioridad pasa a ser el grupo de amigos o el entretenimiento).
- Empiezan a mentir, a ocultar cosas, sobre todo cuando hay demasiada insistencia de la familia o sabe que va a tener consecuencias demasiado altas.
- Se maquilla demasiado o la forma de vestir.
- Dice que lo maltrato, amenazando.
- Roba en casa.
- No hacemos nada en familia (recordemos que la familia ya ha pasado a un segundo plano).
- Se encierra en su cuarto.
- Se escapa de casa.
- Amenaza con suicidarse. Aquí ya estamos con casos más graves y es importante que se pida ayuda.
- Parece que odia a todo el mundo.
- Trabaja y parece que tiene derecho a todo.
- No tiene amigos, es demasiado tímido y no sale apenas. Aquí vemos una preocupación por la salud emocional, hay que estar atentos a los signos de alarma.
- Sus “pintas” son horrorosas.
Un punto a tener en cuenta:
Que salgan y vean las cosas no siempre es malo, cuando hacen esto generan un punto de comparación, ven otras dinámicas familiares y esto puede jugar a nuestro favor, porque comparan y pueden encontrar que lo que tienen en casa no es tan malo como pensaban.
PROBLEMAS MÁS FRECUENTES
¨ Comunicación:
Hay que buscar formas viables y positivas de solucionar los conflictos, de comunicarnos.
No a los gritos.
No a los sermones.
No al sarcasmo.
Los sermones terminan por no escucharlos, se acostumbran y hacen oídos sordos. Por otro lado, el sarcasmo es muy negativo, de lo más negativo en las relaciones, puesto que no se está siendo claro, se está ironizando.
La comunicación dentro de la familia debe ser abierta. Debemos intentar negociar eliminando toda comunicación que no sea positiva.
¨ Normas y límites:
Los adolescentes siguen necesitando normas y límites, y son los padres los que van a tener que ponerlos, revisando los que ya tenían y adaptándolos o desechándolos y buscando otros nuevos.
Es conveniente dar márgenes en positivo, revisando y flexibilizando esos márgenes en función de la edad y de la respuesta que tengamos del adolescente.
¨ Aprender a responder a los conflictos:
Esto es, aprender a negociar. Una buena negociación es aquella en la que ambas partes salen ganando.
Debemos desechar el autoritarismo y las normas inamovibles.
Se hace necesario practicar la resolución de conflictos antes de que llegue la adolescencia.
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En todo este proceso se hace necesario tener en cuenta siempre en qué momento está el chico o chica, averiguar cómo lo está viviendo. Es importante saber qué necesita y que le puedo dar como padre.
La adolescencia es una época enriquecedora, no todo es negativo, también tenemos que verla como algo positivo y generador de riqueza personal.
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Y algo muy importante a tener en cuenta:
Barkley: PON EN PRIMER LUGAR LO PRIMERO
Fuente: http://tdahelgranolvidado.blogspot.com/2011/11/tdah-entender-para-educar-adolescencia.html
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